¿Tienes una relación sana con el sexo o estás desarrollando una dependencia?

Cuando el deseo se vuelve angustia, algo no está bien. Si sientes culpa o pierdes el control, podrías estar viviendo una forma de dependencia al sexo

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¿Sexo sin control? Así puedes saber si estás desarrollando una dependencia sexual

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Cuando se trata de deseo sexual, es normal que forme parte activa de nuestra vida. Pero, ¿qué pasa cuando empieza a sentirse como una necesidad urgente, incontrolable o incluso angustiante por tener encuentros íntimos? Aunque parezca absurdo, muchas personas atraviesan esto sin darse cuenta.

Cómo saber si tu relación con el sexo está cruzando límites emocionales

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La dependencia al sexo —también conocida como comportamiento sexual compulsivo— no es solo tener un gran apetito sexual. Se trata de una relación con el sexo que deja de ser libre y placentera, para convertirse en algo que genera culpa, ansiedad o que afecta tu vida diaria. Puedes estar pensando constantemente en sexo, planeando encuentros, sintiendo que no puedes detenerte, incluso cuando ya hubo consecuencias negativas en tu vida emocional, laboral o en tus vínculos.

En 2018, la OMS reconoció oficialmente esta condición como un trastorno del control de impulsos. Aunque la comunidad médica aún debate si puede considerarse una “adicción”, lo cierto es que los estragos pueden ser igual de desgastantes.

Esta dependencia suele aparecer acompañada de otras cargas emocionales como el estrés, ansiedad, baja autoestima o incluso experiencias traumáticas pasadas. Muchas veces, el sexo se convierte en una manera para escapar de lo que te hiere emocionalmente, pero termina siendo una fuente de más dolor.

Al final del día, disfrutar del sexo está bien y es completamente natural, lo importante es que esa búsqueda de placer no se vuelva una carga que te robe energía, autoestima o bienestar emocional.

Tu sexualidad debe ser un espacio seguro, no una fuente de angustia. Así que si sientes que estás perdiendo el control o que este tema te genera más culpa que disfrute, vale la pena detenerse, respirar y pedir ayuda profesional.

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