Hablar de consentimiento sexual no debería ser incómodo, complicado o confuso. De hecho, es una de las pláticas más importantes que debemos tener sobre nuestras relaciones íntimas. El consentimiento no es simplemente un “sí” o un “no” y entender esto puede cambiar por completo la forma en que vives tu sexualidad.
¿Qué es el consentimiento en el ámbito sexual?
El consentimiento sexual es una elección que se toma sin presiones, sin culpa y sin manipulación. Es algo que se construye a través de la comunicación, el respeto mutuo y la libertad para decir lo que realmente deseas, o lo que no. Aceptar una cosa no significa aceptar todo, y haber dicho que sí antes no te obliga a volver a hacerlo. El consentimiento también puede cambiar y puedes retirarlo en cualquier momento, y nadie debería cuestionarlo.
Expresar consentimiento puede ser tan simple como decir “sí, quiero”, o como hacer una pausa para preguntar “¿te sientes bien con esto?”. No se trata de memorizar reglas, sino de crear una dinámica donde ambas personas estén conectadas, presentes y conscientes de lo que están compartiendo. Y algo importante: el silencio nunca debe asumirse como una señal de aprobación. Si no hay claridad, no hay consentimiento.
El consentimiento sexual es más que una formalidad; es la base de relaciones saludables y respetuosas. Al entender y practicar el consentimiento, te empoderas para vivir tu sexualidad de manera segura y plena.