Tener tanto poder, puede provocar mucha ansiedad
1. Lo mucho que le importas a la compañía
Eso sería mal negocio. Saber que haces tu trabajo tan bien como para merecer más y buscar otro trabajo que te pague un sueldo de seis dígitos, que ofrezca seis semanas de vacaciones pagadas y tenga viernes de helado social, corre definitivamente por tu cuenta.
2. Lo que los demás están ganando
La comparación es la principal fuente de descontento, por lo que sería mucho más fácil si tú y tus colegas no compararan su sueldo y horarios de trabajo. Sin embargo, deberías de hacerlo.
3. Te protegen de muchas cosas malas
El 90% del tiempo los quieres matar, pero existe un 10% que te hace reflexionar sobre la suerte que tenemos por que existan los jef@s. Si tienes un buen jefe o jefa, es probable que te estén protegiendo de muchas decisiones tomadas por altos mandos.
Concéntrate en tu trabajo y desarrollo profesional, deja que tu jefe abogue por ti.
4. Saben que cuando marcas para faltar los lunes por enfermedad, de hecho estás cruda
Porque te volviste loca el fin de semana.
5. Sienten que tú tienes el poder y no ellos
Aunque no lo creas, puedes destruir a tu jefe en la entrevista de renuncia, o mínimo dejarlo muy mal parado por ocasionar tu renuncia.
6. Tienen sus momentos de incertidumbre
Pueden parecer muy concentrados y centrados en su trabajo, pero muchas veces ni ellos saben lo que están haciendo.
7. Saben cuando tienes que crecer antes que tú
Pero no les conviene perderte ¿o si?. Es por eso que esperan a que tú te des cuenta por ti misma.
8. Tienen que complacer a sus propios jefes
La próxima vez que te quejes por tener que rendirle cuentas, recuerda que tu jef@ tiene que redirle cuentas a alguien más y aparte guiarte a ti.
9. Quieren gustarte
Quieren caerte bien, pero no pueden perder ese sentido de autoridad.
NOTA ORIGINAL: COSMOPOLITAN
