Conoce las sensaciones que este exquisito postre puede despertar en tu cuerpo.
Antes de comerlo
Los centros de recompensa de tu cerebro se activan, lo cual hace que se te antoje el helado de menta con chispas de chocolate ?incluso si no tienes hambre.
Alimentando el fuego: tu hipocampo, un elemento clave de tu memoria, empieza a recordarte lo delicioso que sabe el helado y lo feliz que te sentiste la última vez que te comiste uno.
Luego del primer bocado
La grasa y el azúcar bañan tu lengua, lo cual activa tus papilas gustativas y alerta al cerebro, ¡esto sabe delicioso! Tu mente libera dopamina y otros químicos asociados al bienestar.
¡Disfrútalo!
Para evitar comer de más, tu estómago empieza a liberar algunas hormonas controladoras del apetito, como la grelina y el péptido YY. Dales tiempo: en un estudio, las personas que dedicaron 30 minutos a disfrutar su helado se sintieron más satisfechas que quienes lo comieron rápidamente.
Después de una hora
La proteína, grasas y carbohidratos están llenando las reservas de energía inmediata de tu cuerpo ?pero solo si entrenaste antes de comer el helado. Si no lo hiciste, esas reservas pueden estar llenas, así que tus células grasas absorberán las más de 300 calorías que te comas.
Al día siguiente, y al siguiente...
Darte un gusto de vez en cuando puede mejorar tu estado de ánimo, pero investigaciones muestran que atascarte de helado cuatro o cinco veces a la semana disminuye el placer que aporta.
No te pases
Antes de saborear una bola analiza tus porciones. Un estudio descubrió que, sin darse cuenta, las personas se servían 31% más helado cuando usaban un plato grande e ingerían 15% más cantidad al degustar con una cuchara para servir.
