Texto por Diana Matozo Entre opiniones que suelen juzgar duramente a quienes se han quitado la vida, algunos intentos por entender las posibles causas y frases como “pero si lo tenía todo”, el suicidio es, en definitiva, una cuestión sumamente compleja de salud pública, que no tiene preferencia por alguna edad o posición social. Definido como el acto deliberado a través del cual una persona se provoca la muerte, el suicidio ha sido estigmatizado una y otra vez; sin embargo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), es un problema sumamente complejo en el que intervienen factores psicológicos, sociales, biológicos, culturales y ambientales. En México el INEGI tiene un registro de más 41 mil casos de suicidio, con 8 casos de intento por cada caso de éxito, esta es una situación alarmante ya que los números continúan en aumento, los principales estados de la república en donde se llevan a cabo son Estado de México, Jalisco y la Ciudad de México. En muchos casos las personas que atentan contra su vida no muestran señales de que lo harán. “Entusiasta”, es la primera palabra con la que Anthony Burdain se describía en su perfil de Instagram. No refleja el desánimo de una persona que ha decidido suicidarse, que no encuentra un motivo para seguir. Las imágenes que posteaba tampoco parecen fuera de lo común, no creemos que haya un mensaje oculto en un filete sobre col, la última foto que el chef compartió antes de quitarse la vida el 8 de junio de 2018. Mostraba tanta alegría en probar sabores desconocidos, que al verlo en televisión, una pequeña parte de la persona remilgosa que todos llevamos dentro, dejaba de existir. En sus relaciones personales tampoco hay rastros de crisis, no fue hasta que ya se había quitado la vida que apareció la noticia que su pareja había abusado sexualmente de un adolescente de 17 años, que según Asia Argento, Anthony había decidido silenciar con un soborno. Los motivos para cometer suicidio son diversos. Los estudios señalan diferentes causas, y la complejidad aumenta cuando concluyen que puede haber dos o más factores que, combinados, detonan la tendencia a cometerlo. El afamado chef y conductor de televisión sí tomó un cinturón de una bata de baño, para suspenderse de él y provocar su asfixia. Su cuerpo inerte fue encontrado por el chef Eric Ripert en su habitación del Le Chambard Hotel, en Francia. Tres días antes, una escena similar aconteció en el lujoso complejo de apartamentos de Park Avenue, en Nueva York. La diseñadora de modas Kate Spade, se quitó la vida de la misma forma que Bourdain, pero en lugar de utilizar un cinturón, Kate ocupó una bufanda color roja como herramienta. Coincidía que ambos personajes eran exitosos, tenían una vida sin problemas financieros. Bourdain en sus 61 años y Kate con 55, atentaron contra sí mismos, pero como sucedió con Robin Williams, quien se quitó la vida a los 63 años, la edad no es una causal para cometer suicidio, ni para padecer una enfermedad mental. La hermana de Spade, por su parte, aseguró que Kate sufría de algún problema mental y se aventuró a señalar que podría tratarse de un trastorno bipolar. La realidad es que la magnate del mundo de la moda nunca quiso atenderse ni obtuvo un diagnóstico real. Por otro lado, los familiares de Robin Williams, quien dejó de existir el 11 de agosto de 2014, aseguraron que el actor sufría depresión severa y había sido diagnosticado con Parkinson poco antes de su partida. ENFERMEDADES MENTALES Y MOMENTO VITAL DEPRESIÓN De acuerdo con la OMS, es una enfermedad frecuente y se calcula que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo. La depresión es distinta de la tristeza y de los cambios en el estado de ánimo ocasionados por conflictos cotidianos. Puede convertirse en un problema de salud serio cuando es de larga duración e intensidad moderada a grave; de ser así, ocasiona sufrimiento y altera las actividades laborales, escolares y familiares. En el peor de los casos puede llevar al suicidio. Hay tratamientos para combatirla, pero más de la mitad de los afectados no recibe esa ayuda. TOC María Mallo y el psiquiatra Mario de Matteis, que se encargan desde 2014 de un programa de atención a los suicidas en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, han destacado que las enfermedades mentales (como el Trastorno Obsesivo Compulsivo, TOC; la esquizofrenia o el trastorno bipolar, entre otros) están detrás de un 90% de los casos, pero en otro 10% se debe a las circunstancias del momento vital. GENÉTICA DE IMPULSIVIDAD Hay evidencia de que la genética influye en el riesgo de suicidio. Fabrice Jollant, psiquiatra de la Universidad de McGill en Montreal, Canadá, indica que esta influencia se relaciona con la impulsividad, y no con una enfermedad mental específica. Jollant encontró que los parientes cercanos de quienes se habían suicidado, eran más impulsivos en relación con los miembros de un grupo de control, cuando realizaron un juego diseñado para probar la toma de decisiones. QUÍMICA CEREBRAL John Mann, psiquiatra de la Universidad de Columbia en Nueva York, dice que la química cerebral anormal y la genética también pueden predisponer a una persona a intentar suicidarse en momentos de gran tensión, como después de perder un empleo. Son parte de la persona, son un rasgo, señala Mann. Quien se quita la vida no quiere morir, lo que quiere es dejar de sufrir. Jackie Secades, Psicóloga de la Asociación mi Nueva Aurora, es importante que si conoces a alguien que está pasando por esta situación hables con ella y puedas ayudarla, si tu estás pasando por una situación similar, acude a un especialista o habla con una persona cercana a ti. Relacionado “Porqué la muerte de Mac Miller no es culpa de Ariana Grande”
