Mi primera vez con inyectables…
Así se siente el protocolo que combina toxina botulínica + Skinboosters y promete dejar tu piel descansada y natural.
La primera vez que me noté arrugas visibles debajo de los ojos fue en una foto. No era algo que viera de inmediato, pero cuando lo hice, sentí un microshock: “¿Cuánto tiempo llevan ahí?”, me pregunté. Así que cuando me invitaron a probar el protocolo Relax & Refresh de Galderma, la decisión fue fácil. Había escuchado mil cosas, pero como hija de un cirujano plástico, las agujas en la cara no me resultan tan intimidantes.
Este combo mezcla dos tratamientos que trabajan en armonía: Dysport, un neuromodulador que relaja los músculos responsables de las arrugas, y Restylane Skinboosters, ácido hialurónico que hidrata desde el interior, mejora la textura y devuelve a la piel ese glow saludable. Es una fórmula que promete resultados naturales, progresivos y sin tiempo de recuperación.
El día llegó y el Dr. Gustavo Rojas, médico estético certificado, me explicó paso a paso lo que íbamos a hacer. Primero, me aplicó anestesia en puntos estratégicos, y después utilizó una cánula (una especie de aguja flexible) para evitar piquetes múltiples. No te voy a mentir: no es lo más cómodo del mundo, pero tampoco es algo que resulte insoportable.
Comenzó con las inyecciones de ácido hialurónico en la zona de los pómulos y cerca de los ojos, donde notaba más deshidratación y líneas finas. Después, aplicó la toxina botulínica en puntos específicos de la frente y del contorno de ojos con una aguja de insulina. Todo el procedimiento duró alrededor de 40 minutos y salí del consultorio con la cara un poco roja, pero sin ningún moretón.
Al día siguiente sentí una ligera molestia, como si hubiera pasado por una limpieza profunda, pero físicamente no había más señales que una pequeña marquita que desapareció pronto. El verdadero cambio, me explicó el doctor, se vería en las próximas semanas.
Y entonces, pasó. Un mes después noté que mi piel se veía más descansada, más suave... sin dejar de ser yo. La toxina botulínica actúa bloqueando temporalmente las señales nerviosas que hacen que los músculos se contraigan, lo que evita que las arrugas que se forman al gesticular se marquen más. Lo mejor es que, aplicado por un especialista, no paraliza tu expresión, sino que solo suaviza lo que ya estaba ahí.
Del lado de Restylane Skinboosters, los cambios fueron igual de evidentes: la textura de mi piel mejoró, se veía más hidratada y con ese efecto “plumpy” que por lo general solo se logra con mucha constancia (y litros de agua). Incluso me salté mi rutina de skincare un par de días y mi piel seguía viéndose glowy y fresca.
MI VEREDICTO
Este protocolo es, tal cual, una pausa para tu piel. Si buscas verte bien sin parecer “intervenida”, es una de esas experiencias que vale la pena vivir al menos una vez al año. La toxina botulínica se convierte en tu nuevo mejor aliado y el ácido hialurónico, en ese shot de hidratación que te recuerda que tu piel puede brillar sin tanto esfuerzo.
Porque sí, hay cremas milagrosas y rutinas eternas... pero a veces lo que tu piel necesita es un pequeño reset profesional. Y este, en definitiva, lo logra.
DE UN VISTAZO
EL TRATAMIENTO: Relax & Refresh: Un protocolo de Galderma que combina Dysport (toxina botulínica) y Restylane Skinboosters (ácido hialurónico) para conseguir una piel más fresca, hidratada y con expresión natural.
DURACIÓN Y COSTO: El tratamiento toma alrededor de 40 minutos y no necesitas tiempo de recuperación. Su costo aproximado va de $4,000 a $6,000 MXN, dependiendo de las zonas a tratar.