10 Tips para NO refugiarte en la comida en momentos de estrés

10 Tips para NO refugiarte en la comida en momentos de estrés

Si los alimentos son tu consuelo cada vez que estás triste, ansiosa o aburrida, ¡cuidado! Esto puede afectar tu figura y tu salud...

Por más que lo intentas, hay una fuerza casi sobrenatural que en ocasiones se apodera de ti y te hace caer en la tentación de atiborrarte de comida. Según la psicoterapeuta Mónica Madero, no se trata del hambre que forma parte de los procesos naturales del ser humano, sino de un anhelo psicológico por comer que suele ocurrir cuando dejas que los sentimientos y las emociones sean los protagonistas de tu vida.

Si quieres de verdad resolver tu angustia por comer, tendrás que empezar por trabajar a fondo tus problemas emocionales, ya que según la psicóloga, ésta es la razón que provoca que se ingieran alimentos a deshoras y sin control. La experta sugiere algunas técnicas para disminuir la ansiedad. Ponlas en práctica:

RECONOCE LAS SITUACIONES “CLAVE": Registra en una agenda tus momentos de debilidad. Es decir, la hora a la que con más frecuencia te da “hambre emocional”, si te sientes vulnerable antes o después de ver a una persona en particular o bien, si ocurre cuando estás estresada o aburrida. Determinar qué cosas desencadenan tu descontrol al comer, te será útil para ser consciente del problema, atacar la causa y hacer un plan preventivo.

DISTRÁETE: ¿Estás a punto de caer en la tentación? Sal de tu casa inmediatamente y toma aire, vete al cine, lee un libro o llama a una amiga y cuéntale cómo te sientes. Cualquier cosa que te aleje de la cocina es válido. Si tu fuerza de voluntad flaquea, coloca notas en la alacena y en la puerta del refri con frases como “tú puedes”, “sé fuerte”, “comiendo no solucionarás el problema”, “piensa en tu figura”, etc.

COME CON TODOS LOS SENTIDOS: Intenta tomar consciencia de tus hábitos; por ejemplo, cada vez que comas, observa la forma de los alimentos, los colores y su olor. Tómate unos minutos para observar el plato antes de degustarlo. Después, cuando des el primer bocado, procura distinguir las texturas, sabores y sensaciones que surgen al entrar en contacto con el paladar, y procura hacerlo con los otros trozos de alimento. Todo esto evitará que el acto de comer sea automático y ayudará a promover la conciencia y la fuerza de voluntad.

DUERME BIEN: Está comprobado que las personas que duermen poco tienen ansiedad y suelen comer en exceso. Esto se debe a que si no descansas lo que deberías, tu cuerpo no funciona adecuadamente, eres más propensa a sufrir de angustia, depresión y todo esto debilita tu fuerza de voluntad.

AGUA Y MÁS AGUA: ¿Sabías que la sed puede confundirse con hambre? Por si acaso, bebe a lo largo del día dos litros de agua. Si estás nerviosa y estás a punto de darte un atracón, toma toda el agua que puedas, al menos así tendrás sensación de saciedad y comerás menos.

HAZ EJERCICIO: Como ya lo sabes, la actividad física tiene muchos beneficios, y uno de ellos es que ayuda a dominar la ansiedad. Si no te gusta ir al gimnasio, intenta al menos dar paseos de 30 minutos cada día, ¡notarás la diferencia!

¡MASTICA!: Seguramente no estás acostumbrada a comer despacio, pero lo ideal sería que masticaras 50 veces cada bocado. En los momentos de ansiedad, reproduce el gesto de mascar con un chicle, una manzana o algún alimento crujiente, como apio o zanahoria.

COME SNACKS: No se trata de estar picando entre comidas, sino de hacer tres principales y dos colaciones saludables. No te pases con las porciones y procura mantener horarios fijos para cada comida.

REDUCE EL AZÚCAR: Entre más consumas azúcar, mayor será tu necesidad por este sabor, así que la recomendación de los expertos es que elimines o, al menos, mantengas a raya este componente. Para no caer en la tentación, compra únicamente alimentos saludables para que en un momento de desesperación, tu alacena no te traicione.

INTENTA RELAJARTE: Si tiendes a estar estresada, el consejo es que bebas a lo largo del día té de manzanilla, valeriana o tila. Olvídate del café y el alcohol, y cada vez que puedas, practica la meditación. Hazlo con regularidad.

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