10 Cosas que hacemos los humanos y que nuestros perros odian

10 Cosas que hacemos los humanos y que nuestros perros odian

Hazle un bien a tu mascota y descubre cómo corregir tus molestos hábitos

Los perros siempre intentan ser nuestros mejores amigos, pero vaya que a veces se las ponemos difícil.

Aquí algunas cosas que hacemos que pueden hacer que nuestro perro se cuestione si quiere seguir siendo nuestro amigo o cortarla de manera definitiva.

1. USAR MÁS LAS PALABRAS QUE EL LENGUAJE CORPORAL

Somos una especie de palabras. Nos encanta platicar, incluso a nuestras mascotas, que no pueden entender la mayor parte de lo que estamos diciendo.

Los perros son capaces de deducir el significado de algunas palabras clave - arriba, ven, juguete, afuera - y tal vez incluso aprender cientos de palabras como algunos border collies lo han demostrado.

Pero no pueden entender el lenguaje humano en su totalidad. Sin embargo, han evolucionado para ser lectores expertos del cuerpo humano y pueden averiguar lo que estás pensando o sintiendo, incluso antes de que te des cuenta que lo estás haciendo.

Pero podemos enviar fácilmente mensajes contradictorios si sólo prestamos atención a lo que nuestras bocas están diciendo y no a lo que nuestros cuerpos están diciendo.

Intenta pasar un día entero sin decirle una sola palabra a tu perro, sólo comunícate con tu cuerpo. Te darás cuenta de lo mucho que hablas con tu cuerpo sin darte cuenta.

2. ABRAZARLO

Mientras tú puedes amar poner tus brazos alrededor de tu peludo amigo, la mayoría de los perros odian los abrazos. Nosotros como primates pensamos que los abrazos son increíbles y que expresan apoyo, amor, alegría, entre otras emociones.

Pero los perros no evolucionaron de la misma manera. Los caninos no tienen brazos y por tanto no abrazan. Contrario a lo que pensamos, cuando un perro pone su pata encima de otro es un acto de dominancia. Muchos perros no se molestarán pero algunos otros se sentirán amenazados y pueden llegar a reaccionar de manera agresiva.

Es por ello que muchas veces cuando un niño abraza a un perro suele terminar con una mordida.

Averigua si tu perro odia los abrazos. Cuando lo hagas observa si se pone tenso, si pela los dientes o si gruñe. De ser así, es mejor evitarlo, sin embargo, no es regla y hay quienes lo toleran sin ningún problema.

3. ACARICIARLE EL ROSTRO O LA CABEZA

¿Te gusta darle palmaditas en la cabeza? Mejor evítalo. Que llegue alguien y nos toque la cabeza, no importa si amorosamente o no, no es algo que a la mayoría de nosotros nos guste. Menos cuando se trata de algún extraño. Lo mismo pasa con los perros.

La realidad es que mientras muchos perros lo toleran cuando se trata de alguien que conocen y en quien confían, la mayoría no lo disfruta. Puedes notar que incluso el perro amoroso de la familia se inclina un poco y retrocede cuando tratas de alcanzar su cara para acariciarla.

Que te deje hacerlo porque eres el jefe es una cosa, pero en realidad no le gusta. Es una cuestión de espacio personal tanto para los perros como lo es para nosotros.

Es por esto que se les debe enseñar a los niños a acariciar a su mascota con suavidad en la espalda o la parte trasera. Si quieres premiarlo no te dirijas a su cara o cabeza, mejor dale un buen masaje en la parte trasera derecha de su lomo (por la cola). Te lo agradecerá.

4. CAMINAR HACIA UN PERRO EXTRAÑO MIENTRAS LO VE A LOS OJOS

Todos sabemos lo poderoso que es el contacto visual. Generalmente suele ser un signo de confianza, pero debes tener en cuenta que el contacto visual también puede ser desconcertante, incómodo y dominante.

Es escalofriante cuando un extraño nos mira a los ojos sin romper el contacto, sobre todo a medida que se aproxima. Está claro, su atención se pone a cero, pero ¿cuál es su intención? Es exactamente lo mismo con los perros, para la mayoría de ellos que un extraño se acerque mirándolos no es una situación cómoda.

Si quieres saludar a un perro nuevo de manera cómoda para ambos, el enfoque de tu cuerpo debe ser ligeramente inclinado (no con los hombros cuadrados hacia el perro), evita ligeramente sus ojos, y háblale en voz baja, con una voz suave .

Todas estas señales de lenguaje corporal ayudarán al perro a entender que no hay nada malo.

5. NO PROPORCIONAR ESTRUCTURA Y REGLAS

Se podría pensar que tener reglas estrictas, hace que la vida de tu perro es aburrida o infeliz. Pero los perros necesitan saber qué es lo que deben hacer de acuerdo a su líder. Los niños prosperan cuando tienen un conjunto coherente de reglas a seguir.

Piensa en los niños educados y bien balanceadas que conoces, y los niños malcriados que carecen de habilidades sociales o utilizan rabietas cuando no consiguen lo que quieren.

Con los perros, es más o menos lo mismo. Las reglas hacen la vida mucho más predecible, mucho menos confusa y mucho menos estresante.

Los perros prosperan cuando saben dónde están los límites, y cuando pasas tiempo marcando bien esos límites con recompensas positivas, también estás aumentando su confianza en ti como líder.

¡Estás configurando las condiciones para un perro muy feliz!

6. SALIR A CAMINAR SIN DARLE LA OPORTUNIDAD DE EXPLORAR Y OLFATEAR

Hay de paseos a paseos.

Sin duda es importante tener un perro que sepa caminar obedientemente con su correa. Sin embargo, también es importante permitir que un perro tenga un tiempo para explorar su entorno mientras camina.

Los perros ven con sus narices, y le dan tanta importancia a su sentido del olfato así como los humanos se lo damos a nuestro sentido de la visión para interpretar el mundo que nos rodea. Los perros disfrutan el olor de un tronco de árbol tanto como nosotros apreciamos una hermosa puesta de sol.

Hazle un favor a tu perro y dedícale paseos diarios - procura ir lento y deja que tu conozca el mundo con su nariz.

7. MANTENERLO A RAYA, LITERALMENTE

Así como los perros son increíbles lectores de nuestro lenguaje corporal, también son increíbles en la lectura de nuestros niveles de tensión, incluso lo perciben a través de la correa.

Al mantener a raya a tu perro, comenzará a elevar su nivel de estrés, frustración y emoción.... Es probable que pienses: “No quiero mantenerlo a raya, pero tengo que hacerlo. ¡Él es el que tira, no yo!? Pero por eso es tan importante enseñar a tu perro a caminar con la correa floja.

8. ESTAR TENSO

La tensión en la correa no es la única forma en que un perro puede recoger lo que sientes. Tú como humano eres capaz de percibir cuando alguien a tu alrededor está tenso. Los perros tienen la misma capacidad. Y a nosotros como a ellos, no les gusta esa sensación.

Recuerda que tu perro actúa como un espejo. Así que la próxima vez que tu perro esté comportándose tenso, fíjate en tí mismo antes e intenta tranquilizarte. Puede que tú seas la razón de su tensión.

9. SER ABURRIDO

Recuerdas la sensación de tener que contenerte cuando eras pequeño, de querer retorcerte, gemir y quejarte. No podías tomar parte en conversaciones de adultos, aunque igual fueran aburridas, y te decían que te sentaras y estuvieras quieto y en silencio. ¡Una vez más, lo mismo sucede con los perros!

Los perros aborrecen cuando somos aburridos. ¡Y es difícil no serlo! Llegamos a casa del trabajo y queremos descansar, tareas pendientes, cenar y relajarse.

Pero es lo más molesto que podemos hacerle a nuestros perros que han estado esperando todo el día para que podamos jugar finalmente con ellos.

Ya lo sabes. Si tu perro está metiéndose en cajas o armarios, comiéndose los zapatos o masticando las patas de la mesa, está básicamente demostrando lo increíblemente aburrido que está.

Y por supuesto, las caminatas no dejan de ser importantes.

10. LAS BURLAS

Esto debería ser obvio, y no vale la pena ahondar mucho al respecto. Pero vale la pena señalarlo porque demasiadas personas todavía piensan que es gracioso. No le ladres como si estuvieran en la calle, no tires de su cola.

La lista puede seguir y seguir, pero en fin, no hagas algo que sabes que hará enojar a tu perro sólo porque piensas que es gracioso. No lo es. Y si insistes, puedes dar pie a algunos problemas graves de conducta.

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