Las marcas de María Elena Ríos: un reflejo de su lucha contra la violencia de género y por retomar su libertad

María Elena Ríos víctima de ataque con ácido

María Elena Ríos Ortíz nos acompañó en Cosmopolitan México para contarnos en exclusiva la transformación que ha vivido después del ataque que sufrió y cómo decidió reescribir su propia historia en el Vive Latino 2022.

Por Fernanda Silverio El 9 de septiembre de 2019, con solo 28 años de edad, María Elena Ríos fue víctima de severas quemaduras en cara y cuerpo. La joven originaria de Oaxaca, fue atacada con ácido sulfúrico por parte de Juan Antonio Vera Hernández, hijo del presunto autor intelectual de este atentado, Juan Antonio Vera Carrizal, su expareja.

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Desde ese día, ella ha tenido que recorrer un largo y difícil camino para recuperarse y para poder volver a tomar control de su propia historia. Un momento clave para su resurgimiento fue el Vive Latino 2022, el espacio donde no solo hizo una celebración a la vida mediante la música de La Maldita Vecindad; sino también donde nos recordó su lucha y la de todas las mujeres que vivimos en México.

Las marcas de María Elena: Una muestra de que vive y lucha

De acuerdo con la Fundación Carmen Sánchez, los ataques con ácido contra las 29 mujeres mexicanas que se han denunciado hasta hoy, no solo buscan dejar una huella física en la víctima. También son una manera de atentar directamente contra su libertad e integridad; de buscar arrebatarles la vida. Sin embargo, María Elena y Cosmopolitan México recordamos de la mano que existen muchos otros tipos de marcas que también son indelebles, pues viven en nuestro corazón, en nuestra memoria y en la de la gente que amamos.

“Hay algo que empecé a leer sobre los mexicas y que decidí adoptar. Esta cultura creía que las marcas son sinónimo de fortaleza porque cuando un guerrero salía a la batalla y regresaba con ellas, era motivo de orgullo”.

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Foto: Christopher Armenta

“Mis marcas son una especie de tatuajes que yo no decidí. Estoy orgullosa de ellas porque son una muestra diaria de que quedé viva y de que soy fuerte”.

La música y el compañerismo la rescataron

Tras el ataque con ácido, Malena quedó con muchas cicatrices físicas y emocionales bastante dolorosas. Al respecto, no vacila al contar que ella se llegó a cuestionar en más de una ocasión “¿para qué había quedado con vida?”.

“Estamos tan acostumbrados a cosificar a la mujer, a exotizarla por su belleza exterior… y yo ya no me sentía bella. Por eso me preguntaba, para qué seguir viva o por qué Dios me había dejado así”.

Sin sentirse bella y sin libertad; María Elena sentía que le habían arrebatado todo en aquel 2019; pero la música y el compañerismo la regresaron a la vida.

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Ella cuenta que ni siquiera encontraba sentido a cosas como solo salir a tomar el sol por el temor a la crítica y porque esta acción lastimara su piel. Comenzó a practicar sola entre las 4 paredes de su habitación pensando que, tal vez, nunca volvería a hacerlo en público. Sentía que todos los proyectos de vida que había imaginado alguna vez, se habían ido por la borda.

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Foto: Christopher Armenta

Finalmente, después de dos años desde que fue atacada, María Elena pudo volver a tocar rodeada de más personas. En la primera ocasión, fue exclusivamente con mujeres, una experiencia que describe como maravillosa:

“En el primer ensayo me sentí rara y me dieron ganas de llorar. A mí ya se me había olvidado lo que se sentía estudiar con un compañero al lado y cuando empecé a leer mis partituras, mis compañeras me empezaron a seguir; sentí que ya no estaba sola.”

Para Malena, el compañerismo no solo está en el contacto físico, también es un lenguaje que solo se expresa con elementos como la música y que, cuando comprendes, te ayuda a comunicarte de una forma más profunda; una que las palabras no alcanzan a describir.

Resignificó el ácido y retomó el control de su historia

El 20 de marzo de 2022, María Elena Ríos Ortiz interpretó “Chacahua” con la Maldita Vecindad enfrente de más de 80 mil personas. Su primera asistencia al Vive Latino fue una experiencia que ella misma protagonizó y que se robó decenas de los titulares de otros medios. María Elena cuenta para Cosmopolitan que todo tuvo un por qué; incluso el cómo vistió:

“Siempre me identifican como <<la saxofonista agredida con ácido>>. Hay un punto en el que no me gusta que me llamen así. Yo quisiera que me llamen ‘María Elena, la saxofonista’ y ya”.

Desafortunadamente, ella sabe que la realidad y su historia, son otras. Con la naturaleza de su caso y la creciente ola de violencia que se vive en el país, es inevitable que la relacionen con el ácido; así que optó por darle un giro a ese elemento:

“Decidí darle ese “toque de transformación”. El día del Vive Latino me vestí de verde ácido. Fue una manera de reivindicar y de regenerar esa parte de mí que intentaron arrebatarme con ese químico”.

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La saxofonista tomó control de su propia historia al empoderarse con el verde ácido y volverlo una marca más en su historia, pero esta vez una que ella eligió y que la llena de orgullo.

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Además. Malena cuenta que también eligió este color al ser muy significativo para las mujeres, ya que con él quiso mostrar todo su apoyo a las feministas y personas que luchan por la despenalización del aborto en estados como Oaxaca, su hogar, y un sitio donde todavía existen niñas a las que se les obliga a seguir con sus embarazos.

“No es que sea malo tener hijos, pero creo que la maternidad se elige. Entonces esto fue un mensaje en apoyo. La solidaridad con ellas está a través de mi música y de mi apariencia”.

Antes de terminar su entrevista con Cosmopolitan México, Malena no puede dejar de recordarnos la importancia de seguir luchando desde nuestras trincheras:

“Estoy segura de que la historia de María Elena no es la única. Está repetida en muchas otras mujeres cuando nos cosifican, cuando nos comparan con los hombres o cuando es la hora de la paga y te dan la mitad por ser mujer. No solo es una lucha personal y social de María Elena, sino de muchas mujeres que se ven reflejadas en mi situación”.

El caso de María Elena Ríos y las vivencias que compartió con nosotras, nos ayudan a recordar la importancia del compañerismo y de la sororidad, pero sobre todo, de la memoria colectiva. La agresión contra Malena, el terrible caso de Debanhi Escobar y las miles de mujeres violentadas, desaparecidas o víctimas de feminicidios no pueden quedar impunes. La búsqueda por la justicia y la exigencia de un mundo mejor para todas es la marca que todas debemos asumir y llevar… siempre.

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Foto: Christopher Armenta


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