Tal vez te han causado dolores de cabeza, pero también te han traído grandes beneficios ¡piénsalo!
¿Cuántas veces, después de un pésimo día, maldecimos a la humanidad entera y creemos que la vida nos trata peor que a Lupita Nyong’o en 12 Years a Slave? Es sumamente fácil llenarnos de resentimiento cuando las cosas no salen como esperábamos. Y sí, sentir coraje es inevitable e incluso, normal.
Después de procesar la ira tras una mala experiencia, una buena solución es que, en lugar de seguir preguntándonos "¿por qué a mí?”, comencemos a ver el aprendizaje que nos dejó y de qué manera podemos utilizarlo a nuestro favor. Por medio de un simple “gracias”, algo que nos causó dolor o que fue desagradable se transforma en una oportunidad para ser la versión de quienes queremos ser.
Gracias por...
1. Un jefe abusivo: Todas hemos tenido nuestra propia Miranda Prestley, pero el secreto para que esta persona no arruine nuestro futuro laboral es aprender a lidiar con ella. “Un mal jefe nos puede llevar al límite y sacar lo peor de nosotras. Si logramos controlar la víscera y mantener nuestro profesionalismo por encima de sus provocaciones, prácticamente tendremos la habilidad para convivir con cualquier otra persona conflictiva en un futuro.
2. Tu ex: ¿Cómo transformar el resentimiento por un mal novio del pasado en agradecimiento? ¿Realmente es posible ver las cosas buenas que nos dejó, aun cuando nos hizo daño? Lo mejor en estos casos es darte tiempo para asimilar la pérdida y entender que esa relación fue un escalón más para conocerte, saber qué es lo que te gusta y qué, de plano, no. Agradece a ese ex (en una carta que no entregarás) todas esas cosas que te enseñó y, sobre todo, que te hizo ser una mejor persona, al sacar lo mejor de ti y reafirmarte que tienes la capacidad de dar amor.
3. Los errores de tus papás: Es real: vivimos culpándolos de nuestras propias fallas, dándole toda la razón al señor Freud y a sus teorías, pero ¿es a ellos a quienes debemos reclamarles hasta el fin de nuestros días? Cada quien usa el método que mejor le parece para educar a sus hijos, ya sea controlando por medio del miedo o bien, distantes y ausentes, porque piensan que así están enseñando a sus hijos a ser autosuficientes, o sobreprotectores, cuidando cada detalle.
4. Tus #fails del pasado: Durante siglos nos han enseñado a sentirnos culpables por nuestras fallas. Pero el remordimiento es, de cierta forma, una manera de clavarnos en lo negativo, lo que puede llevarnos a caer en las mismos errores una y otra vez. Si en lugar de darnos de latigazos y sentir que fracasamos, identificamos las razones y situaciones que nos orillaron a errar, entonces estamos tomando las riendas de nuestra vida... Y crecemos.
5. Una amistad traicionera: Quizá a muchas nos duele más cuando una BFF traiciona nuestra confianza, que cuando sucede lo mismo con un galán, porque nuestras amigas son “hermanas que elegimos” y que creíamos conocer al 100%. Poner distancia con alguien que nos hirió es doloroso, sobre todo al pensar que invertimos tiempo y confianza en quien no valía la pena, pero en vez de evadir su recuerdo, conviene saber que todas las personas que pasan por nuestras vidas nos enseñan grandes lecciones, desde lo que queremos ser... Hasta lo que no. Está en ti agradecer lo que esa amiga te dejó y hacer de eso una experiencia para evolucionar.
