Sueñas despierta con él, pero ¿realmente lo amas o simplemente es una obsesión?
Lo más importante es que reconozcas dónde te encuentras y si eso te hace feliz. Recuerda que todo se vale, la fórmula perfecta es personal, es aquella que te permite vivir en paz y disfrutar. Muchas veces el capricho nos tiene con la adrenalina a tope o las mariposas más alborotadas que nunca, pero, a la larga, te dejará un vacío por no tener lo que tanto deseas, pero sobre todo, lo que te mereces: una relación sana, en la que seas tú misma, te valoren y te sientas llena de amor.
1. Eres de rock o pop: el amor surge de conocer la forma de ser de la otra persona, sus gustos, sus intereses, incluso sus defectos o manías (todos los tenemos). Cuando es un capricho, te fascina físicamente, pero no su forma de ser, pues aún no lo has tratado lo suficiente. Créeme, igual y al conocerlo tal cual es, sabrías que nada que ver entre los dos y, seguro, saldrías corriendo.
2. Amor en fast track: eres una romántica sin remedio, pero piensas que lo que en ocasiones llaman amor a primera vista, en realidad es química. El amor necesita tiempo, ir fluyendo. Cuando las cosas empiezan con una explosión rápida, terminan con la misma velocidad.
3. Cada quien en su esquina: ¿Quieres estar las 24 horas de los siete días de la semana pegada a él o saber cada uno de sus movimientos? ¡Alerta roja! Estás mega encaprichada. Cuando amas a alguien, disfrutas muchísimo los momentos juntos, así como gozas tus espacios sola. No hay angustias, sólo certezas.
4. La reina de los celos o avanzando con firmeza: si, sé perfecto que hay personas que son celosas por naturaleza, pero generalmente cuando es amor, te sientes segura y llena de confianza. En el capricho, las dudas son parte de tu día a día y, por supuesto, terminas agotada... ¡Qué desgaste tan innecesario!
5. Paseo en la feria: estar enamorada no quiere decir que tu vida sea monótona o que te la pases aburrida. La gran diferencia es la estabilidad. Cuando amas, disfrutas cada paso con intensidad, aunque libre de incertidumbre. Encaprichada, la montaña rusa emocional te priva de la oportunidad de gozar lo que vives y de tener claridad.
6. Calendario marcado: las parejas que se aman están convencidas de que tienen planes a futuro, los van definiendo en el camino y saben que más adelante, las cosas surgirán en el momento perfecto. Cuando estamos aceleradas, queremos poner fecha a nuestro compromiso antes de saber si nuestro novio nos gusta cuando se despierta o si su querida familia nos cae bien.
7. De ida y regreso: la reciprocidad es básica para amar; si tu galán no siente lo mismo que tú, es muy difícil que la relación prospere. Cuando estás inmersa en un capricho, posiblemente sea que tu ego está lastimado porque este chavo no te da toda la atención que deseas. Igual y si te pelara cañón, ya no te gustaría tanto, te lo aseguro...
8. Hoy es él y ¿mañana?: la continuidad es otra característica de estar enamorada. Sabes que puedes irte a dormir y mañana el sentimiento será el mismo, y que con la convivencia diaria irá creciendo y fortaleciéndose. Con los caprichos sucede lo contario: todo depende de las circunstancias, de lo que él haga o deje de hacer, incluso de si de repente conoces a otro chico que también te lata. Cuando amas no tienes ojos para nadie más; encaprichada, mañana te presentan a alguien que te encantará y el dueño de tus angustias hoy, es enterrado en el olvido...
9. Ya quiero, ya quiero, ya quiero: la atracción física y la química sexual son parte fundamental de las dos situaciones. La diferencia está en que, en el amor, esos momentos íntimos se convierten en un lazo que los une desde un lugar único, disfrutan su compañía y los sentimientos están a flor de piel. En el otro lado, se convierte en una necesidad física, quieres que la otra persona sea tuya, si estás cerca de él crees que todo está de maravilla y gozas el momento al máximo, pero cuando se termina, sufres terriblemente.