Y tú, ¿eres sex positive o sex negative?
En la cultura occidental la sexualidad estuvo fuertemente ligada a comportamientos insanos, pecaminosos y sucios, sin embargo, las nuevas generaciones están revolucionando la manera en la que percibimos nuestro desarrollo sexual como especie, este cambio de mentalidad tiene una fuerte repercusión en la manera en la que las personas se relacionan e interactúan.
Si aún no sabes si eres sex positive o sex negative, te invitamos a seguir leyendo para averiguarlo.
¿Qué es el sex positive?
Aunque parece una obviedad, el sex positive es la revolucionaria manera en la que las personas se relacionan con sus prácticas y deseos sexuales, es decir, cuando estas no generan sensaciones de culpa, frustración, bochorno o vergüenza, pues de acuerdo con esta corriente sobre el placer y el cuerpo, la sexualidad es un don del que fuimos dotados no sólo para reproducirnos, sino para llevar el placer a otros niveles.
La única condición del sex positive es que siempre debe haber consentimiento de por medio, es decir, las prácticas delictivas no caben en esta filosofía de vida.
Para lograr una relación sana con tu propia sexualidad también deben estar presentes otros factores como la comunicación y la educación en todos sentidos (o sea, no sólo sexual), elementos imprescindibles para lograr prácticas más placenteras y con menos tabúes.
Pero si existe un sex positive, existe un sex negative ¿no es cierto?
¿Cómo dejar de ser sex negative?
Básicamente y por una tradición cultural milenaria, todas las personas hemos sido sex negative alguna vez. Por tratarse de una filosofía de vida, la sex positive debe practicarse todos los días y en todo momento.
Los sex negative tienen que chambear constantemente para evitar que el inconsciente colectivo se apodere de sus prejuicios sexuales ya que estos hacen que percibamos a la sexualidad como un conjunto de prácticas sucias, peligrosas e inmorales.
Pero antes de despedirnos por hoy queremos hacer una aclaración: el sex positive no es sinónimo de tener prácticas sexuales riesgosas sin protección, más bien se trata de disfrutar responsablemente el poder del placer sin prejuicios ni limitaciones morales.
