Los beneficios de la abstinencia sexual, según Rosalía

Para Rosalía, la abstinencia es ese respiro que ordena todo lo que a veces se revuelve por dentro

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Los beneficios de la abstinencia sexual, según Rosalía

Balenciaga

Cuando Rosalía habló abiertamente sobre vivir periodos de abstinencia sexual, no lo hizo desde el drama ni desde la prohibición moral, sino desde un lugar de autocuidado. Su postura encendió conversaciones en redes y abrió un tema del que pocas celebridades hablan sin tapujos: detener la vida sexual por un tiempo puede ser una decisión profundamente personal que trae beneficios reales, especialmente cuando se hace por razones de bienestar emocional y claridad mental.

A diferencia de las narrativas tradicionales, la abstinencia sexual que propone Rosalía no es una renuncia permanente ni una afirmación de superioridad espiritual. Es una pausa consciente. Un respiro. Una elección que permite volver a una misma sin la presión del deseo constante, las expectativas externas o la necesidad de vínculo afectivo inmediato. Y en un mundo que exige inmediatez para todo, esta pausa puede sentirse casi revolucionaria.

Uno de los aspectos que más destaca de su experiencia es la claridad emocional que surge cuando el deseo deja de ocupar un espacio dominante. La intimidad física puede ser una fuente enorme de conexión, pero también puede nublar señales importantes como relaciones que no funcionan, dinámicas que no son recíprocas o vínculos que se confunden con pasión. Al tomar distancia, muchas personas encuentran espacio para escuchar su intuición y observar su vida afectiva con mayor lucidez.

Otro beneficio es la recuperación de energía mental y creativa. Rosalía ha mencionado que los momentos de desconexión sexual la ayudan a concentrarse, a producir mejor y a sentir que su mente se ordena. Y tiene sentido pues al quitar del centro una parte tan intensa del deseo humano, el cuerpo redistribuye la energía y aparecen nuevas formas de inspiración. La motivación se canaliza hacia proyectos, hábitos o metas personales que quizá estaban pospuestas.

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Rosalía presenta LUX

Cortesía Gucci

La abstinencia sexual también puede fomentar una relación más sólida con una misma. En lugar de buscar validación externa, muchas mujeres encuentran seguridad en su autonomía emocional. Rosalía lo refleja bien, la pausa no es ausencia, es presencia para sí misma. Es aprender a sostenerse sin necesitar que alguien más defina el ritmo o la intensidad de la vida afectiva.

Otro punto importante es la sensación de calma que reportan quienes eligen esta práctica. Sin la tensión emocional que a veces acompaña a los vínculos sexuales —expectativas, ilusiones, inseguridades—, es más sencillo cultivar rutinas de bienestar, dormir mejor y equilibrar el sistema nervioso. No es magia, es espacio, es dar un paso atrás antes el deseo carnal para canalizarlo en bienestar. Un espacio que permite ordenar lo que se siente, sin distracciones.

Por último, la abstinencia sexual tomada desde un lugar de libertad puede mejorar la relación con el propio deseo. En muchas mujeres, la pausa no apaga el fuego interior; lo afina. Permite entender qué se quiere realmente, qué se busca en una pareja y qué tipo de vínculos se desea construir después. Es una pausa que, paradójicamente, puede potenciar futuras experiencias.

La propuesta de Rosalía no es una regla universal, sino una invitación a escucharse. A veces, dejar el sexo en silencio por un tiempo puede ser la forma más poderosa de volver a uno mismo.

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