Imagínate: llega el momento de tener un encuentro íntimo, estas conciente de que te sientes completamente prendida, estás lista para una noche increíble, pero en eso te das cuenta que tu cuerpo no reaccionó como esperabas. O al revés, tu cuerpo está respondiendo en la lubricación, pero en la parte emocional, nada de nada. Si te ha pasado cualquiera de los dos escenarios, esto te va a interesar.
¿Qué es la lubricación y por qué no siempre acompaña el deseo?
Muchas mujeres tienden a confundir la lubricación vaginal con la excitación sexual, y aunque a veces van de la mano, no son lo mismo. Como tal, la lubricación es una respuesta física que permite que las paredes vaginales se humedezcan para reducir la fricción durante el sexo. Esta respuesta puede darse por estimulación, pero también por cuestiones hormonales, cambios emocionales o incluso sin un estímulo sexual presente.
Por ejemplo, tu cuerpo puede lubricar espontáneamente si detecta un contexto íntimo o incluso durante ciertos momentos del ciclo menstrual. Pero también puede pasar todo lo contrario, estar súper conectada emocional y mentalmente, y aun así no lubricas nada.
¿Entonces qué es la excitación sexual?
La excitación va más allá de lo físico, requiere del deseo, imaginación, conexión emocional, contexto y hasta estímulos no sexuales. Puedes estar excitada solo de pensar en alguien, sin que tu cuerpo reaccione de inmediato.
Ahora bien, si tu duda es porqué se da la falta de lubricación, hay varias razones, entre las cuales destacan:
- Estrés, ansiedad o fatiga emocional
- Cambios hormonales (como la menstruación, anticonceptivos o menopausia)
- Medicamentos o condiciones médicas
- Falta de estimulación física o tiempo adecuado para prender el cuerpo
Al final del día, tu cuerpo tiene su propio ritmo, y no siempre sigue el guión que nos hemos planteado. Sentirte excitada sin lubricación (o viceversa) es completamente normal y tenerlo claro puede ayudarte a soltar presiones o expectativas y darte la oportunidad de disfrutar más.
