¿Cómo es salir con un chico que aún vive con sus papás?

¿Cómo es salir con un chico que aún vive con sus papás?

Debemos confesar que no todo es tan malo. Aquí te contamos lo bueno y lo malo de salir con un chico que aún vive con sus papás.

Estar con alguien de 23 años que vive con sus papás es algo normal, pero cuando ambos son más grandes y deben pasar de puntitas frente al cuarto de sus padres para ir a su recámara, sí necesitas ayuda. Después de experiencias con hombres que aún no dejan el nido, tenemos información muy valiosa para ti. ¿Cómo es salir con un chico que aún vive con sus papás? También lee: Los hombres que limpian y cocinan son más irresistibles y mejores en el sexo: la ciencia

PROS de salir con un chico que aún vive con sus papás

  • Tiene un gran lugar para vivir
  • Claro, está a 90 minutos de la zona de oficinas y tiene cuatro recámaras y una tina.
  • Conoces a tus suegros inmediatamente
  • Te amarán desde el momento en que dices “Hola”, así que puedes esperar grandes regalos de cumpleaños.
  • Una cocina completa
  • Una despensa con muchas botanas y las especias que puedas imaginar, hasta esa para un platillo que le quieres preparar
  • Planes divertidos para citas
  • Seguramente él es un máster para hacer planes aventureros fuera de la casa, como ir a remar, a catas de vinos o pequeños roadtrips.

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CONTRAS de salir con un chico que aún vive con sus papás

  • Tiene unos roomies un “poco” más grandes
  • Y una regla de “nada de invitados después de las 10 pm”.
  • Solo conocerás una parte
  • ¿Ubicas cómo un vendedor de coches intenta enamorarte de un auto con “unos kilómetros de más”? Es eso pero con un adulto.
  • Una casa siempre llena
  • Los límites no existen y eso incluye cuando creías que funcionaba el seguro de la puerta del baño.
  • Sexo en lugares extraños
  • En teoría suena excitante, pero recuerda esa vez cuando la policía los sorprendió desnudos en la parte trasera de su carro.

HISTORIAS DE TERROR DESDE EL CUARTO DE VISITAS EN LA CASA DE SUS PAPÁS

“Durante dos años salí con un chico que se había mudado con sus papás. Su familia era increíble y muy open minded, pasábamos bastante tiempo con ellos y, a veces, sentía que yo misma vivía ahí. La relación no duró mucho pero aprendí muchas cosas de mí misma, como mis opciones de decoración, cómo me gusta compartir mi espacio y qué tan tolerante soy al ruido”. –ANA GABY, 25 AÑOS “Fui a una cita con un chico que tenía 24 o 25 años y seguía viviendo con sus papás. Después de la cita fuimos a la sala de su casa a ver la TV, donde estaba su hermanito que no quería irse porque estaba jugando. Verlos a él y al chiquillo peleando por querer estar en el mismo lugar fue demasiado para mí. ¡Adiós!”. –PAULA, 33 AÑOS “Cuando mi ex se graduó consiguió un trabajo al cual renunció después de un año para mudarse a casa de sus papás y ser parte del negocio familiar. Viajaba más de dos horas al visitarlo. Luego, al conseguir el trabajo de mis sueños, que estaba en otra ciudad, él se enojó y decidimos terminar. Tiempo después me confesó que se sintió intimidado por mi éxito”. –LESLIE, 21 AÑOS “No teníamos dinero, acabábamos de terminar la universidad y llevábamos una relación a distancia. Él vivía con sus papás, mientras que yo vivía sola. Hay un nivel de madurez que conlleva pagar tus propias cuentas. Sentía como que a veces él no podía entenderlo y me generó mucho resentimiento”. – EMMA, 29 AÑOS

Por ALLY HIRSCHLAG

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