En ámbitos del amor, muchas veces la mayoría crecemos con ciertas ideas de cómo debe de ser desde un noviazgo a un matrimonio. Por lo que es normal que a veces nos sea difícil afrontar situaciones o emociones distintas al “ideal” con el que crecemos.
El amor no siempre viene con deseo y eso no está mal
Este es el caso de sentir que amas con locura a tu pareja, pero por alguna razón sentir que el deseo no está presente. Aunque parezca contradictorio, es más común de lo que imaginamos. Muchas personas se enfrentan al conflicto interno de tener una conexión emocional profunda con alguien, compartir planes de vida, cuidarse pero no tener ganas de tener intimidad con esa persona.
Y no, no significa que tu relación esté por terminar. Tampoco es señal de que el amor se haya ido. Pero sí es algo a lo que debes prestar atención. Ya que de acuerdo con especialistas, el deseo es algo cambiante. No siempre está presente, no siempre se comporta igual. Y muchas veces, puede desaparecer incluso cuando el amor sigue ahí, intacto.
¿Por qué puede pasar esto?
Pueden haber varias razones, pero una de las más comunes es la falta de novedad, cuando llevas mucho tiempo con alguien, la rutina puede apagar el deseo. También pueden influir los problemas emocionales no resueltos, los cambios hormonales, el estrés, el cansancio o incluso algunos medicamentos. Otro factor importante es cuando la conexión se vuelve más parecida a una amistad profunda que a una pareja romántica.
Además, cada persona tiene su propia forma de vivir la sexualidad. Algunas necesitan estímulos constantes. Otras se sienten satisfechas con poca actividad. Y algunas simplemente no experimentan deseo sexual de forma frecuente o intensa.
También es importante entender que es válido tener una relación sin deseo sexual, siempre que ambas personas estén de acuerdo. No todas las relaciones giran en torno al sexo. Existen los vínculos asexuales, los compañeros de vida, las parejas que encuentran satisfacción en otras formas de intimidad.
Pero si una de las dos partes sí necesita ese tipo de conexión y la otra no, es importante hablarlo. No desde la culpa, sino desde la honestidad. Explorar si pueden trabajar juntas para reconectar, o si necesitan replantear la relación desde otro lugar.