5 Consejos para aceptar tu sexualidad sin temor ni vergüenza a la gordofobia

En este episodio de Sexópolis, Paulina Millán detalló más a fondo el por qué crecemos creyendo que la gordura es algo que se debe evitar, rechazar y
discriminar, sobre todo en la sexualidad

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5 Consejos para aceptar tu sexualidad sin temor ni vergüenza a la gordofobia

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Paulina Millán, la directora del Instituto Mexicano de Sexología y especialista de Podimo —una aplicación dedicada a crear podcasts como Sexópolis—, platicó con Cosmopolitan sobre la gordofobia y la sexualidad.

Sexópolis es un espacio para hablar de sexo y algunos otros temas de relevancia en la sociedad; esta vez, Paulina Millán platicó con nosotras acerca de la gordofobia y la sexualidad y nos compartió algunos consejos para que las personas con sobrepeso logren aceptar tu sexualidad sin temor ni tapujos.

Nuestra sociedad ha decidido que algunos cuerpos son más valiosos y merecedores que otros según su determinada condición, tamaño o forma. Hemos equiparado la delgadez con salud física y, por tanto, a la gordura con la ausencia de ella. Y es que, aunque el sobrepeso está considerado un factor de riesgo para algunas enfermedades crónicas como las enfermedades cardiovasculares, esto no significa que las personas sin sobrepeso estén libres de cualquier riesgo o que las personas gordas tengan una salud deteriorada.

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La salud de una persona no se puede determinar a partir de su apariencia. Es importante recalcar aquí, que la obesidad no es considerada por la Organización Mundial de la salud como una enfermedad, sino como un factor de riesgo para algunas enfermedades, y en este sentido, factores de riesgo existen muchos, como el sedentarismo, el consumo de tabaco, el estrés, la contaminación, la genética, etc.

“La que se conoce como perspectiva pesocentrista es un enfoque reduccionista que concibe al peso como un indicador suficiente para segregar entre personas “sanas” y “enfermas”, sin detenerse a considerar otros aspectos que hacen a la salud integral. Es una mirada simplista y estigmatizante que considera a la gordura no ya como un posible factor de riesgo (como también lo son el tabaquismo, el consumo de alcohol y de drogas, la hipertensión, etc.), sino como una enfermedad en sí misma.”

Por Paulina Millán

5 Consejos para aceptar tu sexualidad sin temor ni vergüenza a la gordofobia

1. Evitar compararte con otras personas o con cualquier “ideal sexual” que hayas visto o escuchado

El problema con los “ideales”, es que no reflejan la realidad de la mayor parte de las personas y no contempla la diversidad de deseos y expectativas de las que somos capaces los seres humanos. Si todas las personas tuviéramos los mismos objetivos con respecto a nuestro placer, la sexualidad se volvería monótona y repetitiva. Al final, el placer no es un tema de objetivos y habilidades, sino de placer, confianza, respeto y entrega.

2. Agradecer a nuestro cuerpo el placer que es capaz de darnos y dedicarnos a conocerlo y disfrutarlo

El objetivo es criticarnos menos y apreciarnos más. Un ejercicio muy útil es pararnos frente al espejo y encontrar al menos dos cosas que nos gusten. No importa qué sea. Hacer esto una vez al día nos ayuda, con el tiempo, a contrarrestar muchos de los mensajes negativos que recibimos sobre cómo se supone que debemos vernos o cómo debemos ser (incluso si esos mensajes los generamos nosotras). La relación con nuestro propio cuerpo es un componente importante de la autoestima sexual, y fortalecerla nos ayuda a mejorar también nuestro deseo sexual.

3. Evitar a quienes nos critican por cómo nos vemos o cómo vivimos nuestra sexualidad

Usar el placer sexual de otras personas para humillarlas o avergonzarlas es una forma muy seria de violencia sexual. La crítica de alguien a nuestra sexualidad dice mucho más sobre las carencias de la otra persona que sobre nosotras.

4. No creer todos nuestros miedos

Las personas solemos ser nuestras peores críticas y, si lo permitimos, nuestras inseguridades sexuales nos pueden llevar a los peores escenarios posibles. Esos son precisamente los momentos que pueden restarle placer a una relación sexual, porque si sólo estamos concentradas en cómo “debemos” vernos o en lo que “debemos” hacer, no estamos al 100% disfrutando del placer que podemos dar y recibir.

5. Trabajar en reconocer y expresar los propios límites

Los límites nos permiten tener claridad sobre qué cosas son o no aceptables en una relación (cualquier tipo de relación). Para establecerlos, primero tenemos que conocerlos y, después, aprender a comunicarlos

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