¿Eres parte de los 3 millones de adultos que aún viven con sus progenitores? Laura, de 30 años, lo es, así que está comprometida a escribir una carta abierta dedicada a todos los padres que continúan con sus hijos “grandes” en casa
Queridos padres:
El 26 de octubre del an?o pasado fue una doble celebracio?n, no so?lo fue mi cumplean?os nu?mero 30, sino tambie?n era otro aniversario especial: si?, el mismo nu?mero de an?os de vivir juntos.
Me deprime ma?s el hecho que a mi edad ustedes ya se encontraban casados, con casa propia y dos hijos. Saber que sigo en mi antigua habitacio?n es probablemente tan alarmante para ustedes como para mi?.
Se supone que me casari?a, tendri?a mi hogar y, con cada evento importante de mi vida, actualizari?a mi cuenta de Facebook. Pero resulta que conseguir un novio (o un esposo) es mucho ma?s difi?cil que ganarse la loteri?a.
Adema?s, con el cambio de carrera que hice a la mitad de mis 20 significa que soy ma?s feliz, pero ma?s pobre que nunca. Con el precio promedio de las rentas parece que lo u?nico que actualizare? de mi Face sera? mi puntaje en FarmVille.
Pero no me encuentro sola, 31% de los adultos, entre 18 y 34 an?os, continu?a viviendo con sus papa?s. Incluso hay un nombre para nosotros: ?la generacio?n con alas rotas?, acun?ado por nuestra inhabilidad de volar del hogar.
Por eso estoy escribiendo esto: no nada ma?s para ustedes, Jan y Mick, sino para los padres de otros gorriones. Para mantener su salud mental es necesario establecer unas cuantas reglas ba?sicas.
Entiendo la mentalidad del ?porque lo digo yo?, pero sin sen?ales de que dejemos el nido en un futuro cercano, es momento de ver nuestra situacio?n como una democracia en vez de una dictadura. Asi? que aqui? va:
LAS REGLAS DE LA CASA
1. Cuando sus amigos los visiten, espero eviten usar nuestra situacio?n como tema de conversacio?n: ?No sabemos co?mo deshacernos de ella?/?Tratamos de correrla, pero regreso? de inmediato?, etce?tera.
Por favor, no sientan la necesidad de explicarles a sus amigos por que? seguimos viviendo en casa o, al menos, procuren tener esta conversacio?n cuando no estemos.
Perdo?nennos si no podemos ver el lado gracioso de nuestra crisis, pero vivir con tus padres cuando ya eres un adulto es un tema sensible. Ya es malo que tengas que justificar tu situacio?n cuando conoces a un gala?n.
Para ser sinceras, puedes pensar en una conversacio?n cuando recie?n sales con alguien que no involucre las preguntas: ¿do?nde vives? y ¿con quie?n? El hogar es un lugar libre de prejuicios, asi? que no golpeen nuestro ego por algunas risas con sus amigos.
2. Si llegamos tarde a casa, o ni siquiera lo hacemos, por favor no asuman que estuvimos con un hombre. Por desgracia, las citas actuales involucran principalmente deslizar hacia la izquierda pensando si al final deberi?as bajar tus esta?ndares au?n ma?s.
Cuando nos dan ese guin?o y nos preguntan si estamos viendo a alguien especial, es ma?s probable que hayamos pasado la noche en casa de uno de nuestros amigos discutiendo acerca de una peli?cula o una serie.
3. Por favor, continu?en haciendo esa costumbre de escribirnos para preguntarnos si queremos que nos guarden la cena; es de lo mejor.
La verdad, cuando salimos por unos drinks despue?s del trabajo y todos se dirigen a comer platillos de dudosa procedencia, nosotros nos regocijamos con el hecho que hay un plato de espagueti casero espera?ndonos. A cambio, prometemos no criticar su comida.
Ver también: 30 Cosas que debes tener en tu depa antes de cumplir treinta
4. Si se encuentran a un amigo y les dice todo acerca de su hija que se acaba de comprometer y que ya compro? su primer departamento, ojala? no sientan que deben repetirnos esta informacio?n de una manera excitante.
Lo entendemos, les da la esperanza que por fin no habra? tiradero en la casa en un futuro cercano, pero para nosotros es otro recordatorio de nuestra discapacidad.
A cambio, prometemos no mencionar a esa amiga snob que se acaba de mudar a su nuevo departamento, cortesi?a del banco de mama? y papa?.
5. Hablando del banco de mama? y papa?... prometemos no abusar de él y juramos pagar nuestra parte proporcional de la renta a tiempo.
Aunque ¿recuerdas ese pre?stamo que nos dieron antes de la quincena que dijimos que pagari?amos de inmediato? Pues es probable que no lo vuelvan a ver. Perdo?n.
6. Aunque vivimos en casa y estamos disfrutando de nuestra ?adolescencia extendida?, por favor no asuman que somos tontos. Si?, sabemos co?mo funciona la lavadora, gracias; sin embargo, no queri?amos descargarla esta man?ana.
Sabemos que estamos en su casa, pero incluso si tuvie?ramos la nuestra, no tendri?amos regi?menes tan estrictos.
Para compensar por nuestra rutina de lavado, prometemos hacer nuestros deberes de limpieza... sobre todo cuando estamos perdiendo el tiempo en vez de escribir un arti?culo de 1,500 palabras acerca de vivir con tus progenitores.
7. Please, no se preocupen por nosotros. Sabemos que dijimos que solamente iri?amos por un trago despue?s del trabajo, pero eso fue hasta que aparecio? Kate con shots de tequila y olvidamos que vivimos leji?simos.
Aunque algunas veces no lo demostremos, somos adultos, y en lugar de estar revisando si hay alguien que nos este? escribiendo, estamos respondiendo sus mensajes que dicen: ¿Esta?s bien? Lla?mame.
8. Si llegamos del trabajo y nos vamos en seguida a nuestras habitaciones, no nos llamen adolescentes malhumorados. Nuestros an?os pubertos esta?n en un pasado lejano, y como ustedes, necesitamos nuestro espacio de vez en cuando.
La reca?mara es nuestro gran santuario y en ocasiones lo u?nico que queremos es sentarnos ahi? en completa soledad. Es como cuando papa? quiere observar su partido de futbol y lo dejamos tranquilo en la sala.
Estoy segura de que cuando nos mudemos, extran?aremos las miles de preguntas que recibi?amos al regresar de la oficina, pero por el momento queremos ser tratados como papa? con su partido de futbol.
9. Somos adultos y de vez en cuando habra? relaciones adultas, hasta con un futuro... si?, en serio. Sin embargo, si traemos a alguien a casa, por favor no hagan un alboroto al respecto.
Sabemos que el hogar no es un hotel, pero tampoco es un monasterio. Lo que estamos tratando de decir es que, si invitamos a alguien, actu?en de lo ma?s natural, ya que nunca se sabe si ese alguien podra? ser su respuesta para conseguir su libertad (no es muy probable, pero incluso asi?... who knows!).
10. Y por u?ltimo, por favor no nos corran despue?s de leer esto. Tanto como nos quejemos, en secreto amamos vivir con ustedes.
La renta es costeable, el refrigerador siempre esta? lleno, la compan?i?a es increi?ble (si?, aun con nuestras peleas), siempre hay agua caliente, caras amables y que amamos; adema?s preferimos estar con ustedes a tirar nuestro dinero a la basura pagando una renta que seguro sera? muy cara y compartiendo casa con extran?os.
En general, son los mejores arrendatarios, so?lo necesitamos un poquito de espacio para esparcir nuestras alas.
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