¿Qué es el ‘tantra date’? La extraña modalidad de citas que no sabemos si vas a querer probar

Tantra date: la nueva modalidad de citas

Cansada de las dating apps, decidí probar el speed date con un twist. No niego la practicidad de ellas, pero hace rato que llegué al burn out, ¿te suena?

Me encantaría conocer (a alguien que me guste, obvio) de manera “orgánica”, como en los viejos tiempos o como en una rom-com; escogiendo aguacates en el súper o derramándole el café encima. Así que dejando a un lado mi celular, decidí participar en una sesión de speed date; una vieja dinámica en la que interactúas con una serie de desconocidos, los cuales se van rotando para estar contigo por uno o dos minutos. ¿El twist? El toque tántrico. Por Dafne Ruiz Seguro que has escuchado ese término estrictamente relacionado con el sexo, pero en este caso se trata del toque o contacto físico para llegar a un estado máximo de conexión energética.

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Esta experiencia te permite conocer a un extraño de una manera muy íntima (ojo, no sexual). Todo inicia con la ceremonia de bienvenida (como así le llama el fundador de Tantra Speed Date - El yoga para tu vida amorosa, Guy Sahar) en la que se presentan todos y se explica en qué consistirá esta peculiar cita: se forman dos círculos; el exterior con hombres y el interior con mujeres.

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Al finalizar cada ejercicio se rotará hacia la izquierda y así sucesivamente hasta que se termine. Si la fémina se sintió cómoda con su compañero al final de cada actividad, entonces le pondrá una piedrita en su morralito. En otras palabras: ¡Es un match! Al ver a los asistentes a mi alrededor, pude percatarme de que el principal reto es romper con el convencionalismo pre-cita; darte la oportunidad de conocer a alguien con quien puedas vibrar fregón sin necesidad de que exista una atracción física. Todo muy bonito en teoría, por lo que quise comprobar si la conexión podía de verdad superar a los looks, sobre todo si la mayoría está en los 45-50 años y pocos lucen como Bradley Cooper (47). En mi opinión, sí o sí debe haber algo que te encante físicamente de la otra persona, como su nariz, por ejemplo.

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Durante dos horas y media hicimos confesiones, fuimos espejos, bailamos, sostuvimos el peso de brazos, sentimos los latidos de nuestros corazones, pusimos a prueba la confianza, en fin, un 360 de interacciones que por lo general no se dan la primera vez que conoces a alguien.

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Por supuesto que se vale decir que no (todo consensuado), tomando en cuenta que estás ahí para pasar un buen rato y no un suplicio, aunque llegó a serlo para mí al cabo de una hora y media. Creo que el tiempo que dura la sesión es demasiado largo; llega un momento en el que ya quieres que se acabe (hayas o no encontrado a ese ser especial). Conforme avanzaba la velada, mi corazón no podía evitar apachurrarse por aquellos que no habían recibido una piedrita o frijolito en su bolsita. Créanme, se nota si pesa o no. Así que por buena onda (y porque quería que se sintieran apreciados), si me caían bien les daba mi aportación. Error, lo sé. Esto no es un asunto de caridad sino de realmente establecer una conexión, y sentir tristeza por algunos de los participantes no es un buen comienzo.

Una disculpa a los matches que tuve por las razones equivocadas.

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Más que un “yoga para mi vida amorosa”, esta experiencia representó para mí una montaña rusa de emociones. Me sentí totalmente en terapia -lo cual agradezco- en la que compartí un par de miedos, me reí, me sentí atraída por dos -guapos- hombres y me quebré al borde del llanto con un extraño por recordar traumas o errores del pasado.

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No sé si parte real del proceso sea apelar a tu sensibilidad para mostrarte así frente a los demás, porque estamos tan acostumbrados a aparentar o mantener la compostura en un primer encuentro que esa esencia vulnerable podría llegar a ser seductora. El ego juega un papel protagónico en el dating; nadie quiere salir lastimado, le entramos a los juegos de poder (“a ver quién escribe primero”) y rara vez mostramos nuestro lado humano. Puedo concluir también que el físico no puede dejarse a un lado (#sorrynotsorry). Este tipo de speed date es un 10, pero no toma en cuenta filtros de perfil (edad, ideología política, estilo de vida, etc.). Vaya, no todo es malo en las dating apps. ?


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