¿Qué significa sentir culpa después de tener sexo?

Sentir culpa después del sexo es más común de lo que crees. Descubre por qué pasa y cómo abordarlo desde la empatía

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Sentir culpa o tristeza después del sexo es más común de lo que imaginas: esto es lo que debes saber

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Hablar de sexo suele venir acompañado de expectativas que tienden a ser poco —o nada— realistas. Pero ¿qué pasa cuando, justo después de un encuentro, en lugar de sentirte conectada y feliz, te invade una sensación de vacío, tristeza o culpa? Este fenómeno tiene nombre y es más común de lo que imaginas.

¿Qué es la tristeza o culpa después del sexo?

Se llama disforia postcoital (PCD, por sus siglas en inglés), y se manifiesta como un bajón emocional repentino después de tener relaciones sexuales consensuada y, muchas veces, placentera. Puede venir acompañada de llanto, culpa, irritabilidad o un necesidad de aislarte sin razón aparte.

La buena noticia es que no significa que haya algo “malo” en ti ni que estés rota emocionalmente. Lo que estás sintiendo tiene raíces reales, tanto biológicas como emocionales.

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¿Qué pasa en el cuerpo y mente después del sexo?

Durante el sexo —y especialmente después el orgasmo— tu cerebro libera sustancias como dopamina, serotonina y oxitocina, asociadas con el placer, el vínculo y la relajación. Pero justo después, estos niveles pueden caer bruscamente. Esta combinación puede hacerte sentir emocionalmente “desgastada” sin que algo grave haya pasado.

No todo es biológico: lo que sientes también importa

Además de la parte química, muchas veces la tristeza postsexo está vinculada con emociones más profundas. Tal vez tengas creencias negativas aprendidas sobre el sexo, heridas pasadas, experiencias incómodas o expectativas sociales que te hacen sentir “mal” por disfrutar o vivir tu sexualidad.

A veces incluso se trata de vacíos afectivos, ya que hay quienes llegan a usar el sexo como forma de validación o escape, y cuando termina, la sensación de soledad regresa y se intensifica.

¿Y si me pasa seguido?

Una vez puede ser normal. Dos también. Pero si te pasa con frecuencia y afecta tu forma de relacionarte con el sexo o contigo misma, vale la pena prestar atención. Hablar con una psicóloga o sexóloga puede ayudarte a identificar si hay heridas más profundas que atender. No estás exagerando ni “siendo intensa”, cuidar tu salud emocional después del sexo es parte de vivir una sexualidad consciente.

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