Cuando se trata de sexualidad, es normal que con el tiempo se innoven ciertos aspectos para poder explorar más a fondo el placer en solitario o pareja. Por lo que no es de sorprender que empiezan a popularizarse términos como el fingering.
Aunque lo que oculta es algo más común de lo que crees y que incluso puede que ya lo hayas practicado. En caso de que no o la curiosidad te invada, aquí te explicamos qué es y cómo implementarlo a tu vida sexual con éxito.
¿Qué es el fingering?
El fingering como tal, se trata de explorar las zonas erógenas —vulva, clítoris, vagina o ano— con los dedos. Puede ser parte del juego previo, un momento a solas contigo o incluso el acto sexual principal.
Para muchas mujeres, el fingering es la forma ideal para alcanzar el orgasmo, especialmente porque permite enfocarse en el clítoris con una precisión que a veces otras prácticas no logran.
En caso de que quieras practicarlo, mejorar tu técnica o sorprender a tu pareja, lo primordial es asegurarse de que tus manos estén limpias, tus uñas recortadas y limadas para evitar incomodidades o incluso infecciones.
El uso de lubricante a base de agua puede mejorar la experiencia, ya que reduce la fricción y aumenta la sensibilidad. Si lo deseas, puedes usar guantes de látex o dedales para estar más seguros en cuanto a la higiene, especialmente si hay cortes o heridas en las manos.
Ya que la parte de higiene está cubierta, es importante empezar suave. Acaricia la vulva y presta atención a cómo responde tu cuerpo. Juega un poco con los labios externos, internos, y cuando sientas que el momento lo pide, dirígete al clítoris. Puedes probar movimientos circulares, presión ligera o toques intermitentes. Lo importante es estar presente.
Si decides incluir penetración vaginal, un dedo es suficiente para comenzar. El movimiento como si le estuvieras diciendo a alguien “ven aquí” puede ayudarte a estimular el punto G, aunque no todas las mujeres disfrutan de esa zona. Y si decides explorar el área anal, la clave está en el lubricante, el consentimiento y recuerda, siempre empieza con calma.
Al final del día y dejando un poco de lado el nombre rimbombante, esta práctica es parte de la masturbación, la cual es una gran manera de conocer tu cuerpo y descubrir qué te gusta. Recuerda que no hay solo una manera “correcta” de hacerlo; lo importante es que te sientas bien y cómoda.