Cuando hablamos de salud sexual, es normal que las primeras cosas de las que nos advierten son la Infección de Transmisión Sexual y las Enfermedad de Transmisión Sexual. Incluso en muchos casos, se nos llega a hablar de estas como si fueran lo mismo. Pero aunque están relacionados, no son sinónimos y conocer la diferencia puede ayudarte a tomar mejores decisiones para ti y tu cuerpo.
ITS: Cuando hay infección, pero sin síntomas
ITS se refiere a una infección que se ha transmitido por contacto sexual, pero todavía no presenta síntomas claros o visibles. Es decir, puedes tener una ITS sin darte cuenta. Los casos más comunes son el virus del papiloma humano (VPH), la clamidia o el herpes en sus etapas iniciales.
Ahora bien, es importante entender que el no sentir o notar síntomas no significa que todo esté bien. Muchas ITS pueden afectar tu salud a largo plazo si no se detectan a tiempo. Pero entonces, ¿qué es una ETS?
ETS: Cuando la infección se convierte en enfermedad
Una ETS es lo que pasa cuando una infección evoluciona y empieza a causar síntomas o complicaciones en el cuerpo. Por ejemplo, una infección por clamidia no tratada puede convertirse en una enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), y eso ya sería una ETS.