La bisexualidad es una de las orientaciones más malinterpretadas. No se trata de estar confundida ni de no poder decidir, como tantos mitos insisten, sino de sentir atracción por más de un género, de distintas formas y en distintos momentos de la vida. Saber si eres bisexual no es una prueba que se pasa o se falla; es un proceso de autoconocimiento, validación y libertad emocional.
No todo se reduce al deseo físico
La sexóloga María Elena Rojas explica que la orientación sexual abarca más que la atracción sexual ya que incluye el deseo romántico, la conexión emocional y el vínculo afectivo.
Puedes sentirte atraída por mujeres de una forma más emocional y por hombres de una forma más sexual, o al revés, y sigue siendo válido
Por eso, la bisexualidad no es una medida exacta ni se define por porcentajes. Algunas personas se enamoran indistintamente de hombres y mujeres; otras atraviesan etapas donde su deseo se inclina más hacia un género, sin que eso cambie quiénes son.
Señales que podrían ayudarte a entenderte mejor
Si alguna vez te has sentido emocional o físicamente atraída por personas de diferentes géneros, si tus fantasías o pensamientos no encajan en una sola categoría, o si simplemente te has sentido cómoda fuera de los límites heteronormativos, puede que tu orientación sea más amplia de lo que creías. Pero lo importante no es encasillarte, sino reconocer tus emociones con honestidad. A veces, el miedo al juicio social o al rechazo hace que muchas mujeres oculten sus experiencias o las cataloguen como una etapa, cuando en realidad se trata de una parte auténtica de su identidad.
La importancia de la validación personal
Ser bisexual no significa que debas tener la misma cantidad de relaciones con ambos géneros, ni que debas demostrar nada. Tampoco significa que tu orientación cambie cada vez que te enamoras de alguien distinto. La bisexualidad es fluida, diversa y única en cada persona.
La psicóloga Daniela Núñez resume: “Lo esencial es entender que la atracción no tiene una jerarquía moral. Lo que sientes es tu verdad, y no necesita aprobación externa”.
Aceptar la posibilidad de ser bisexual no implica tomar una decisión definitiva, sino darte permiso de sentir, explorar y entenderte sin miedo. La orientación no se elige, se descubre a través de la experiencia, y reconocerla con respeto propio es, en sí misma, una forma de amor.