Cómo los anticonceptivos hormonales afectan el deseo sexual

Los anticonceptivos hormonales no solo previenen embarazos, también pueden influir en tu deseo, tus emociones y la conexión con tu cuerpo

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Cómo los anticonceptivos hormonales afectan el deseo sexual

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Lo que nadie te cuenta sobre la libido y las hormonas

Definitivamente, los anticonceptivos hormonales han transformado la libertad sexual femenina, sin embargo, detrás de su eficacia anticonceptiva, muchas mujeres notan algo que rara vez se menciona en la consulta médica: una disminución en el deseo sexual. No es casualidad. La libido está profundamente ligada a nuestras hormonas, y cuando estas se alteran, el cuerpo y la mente lo sienten.

Las pastillas, parches, anillos vaginales e inyecciones hormonales funcionan principalmente inhibiendo la ovulación, pero también reducen la testosterona libre, una hormona clave en la excitación sexual tanto en mujeres como en hombres. Esa disminución puede traducirse en menos ganas de tener relaciones, menor sensibilidad genital e incluso dificultad para alcanzar el orgasmo.

No solo es físico, el deseo también se siente en la mente

El impacto hormonal no se limita al cuerpo. Muchas mujeres describen una sensación de neutralidad emocional o desconexión con su cuerpo, como si algo hubiera cambiado en la forma en que experimentan el placer o el interés sexual. Algunos estudios han encontrado que los anticonceptivos hormonales pueden alterar la comunicación entre áreas cerebrales asociadas con la motivación y el deseo.

Esto no significa que todas las mujeres experimenten los mismos efectos. En algunas, la libido permanece igual o incluso mejora, sobre todo cuando el método les brinda tranquilidad y control. Pero para otras, la pérdida del impulso sexual se convierte en una fuente de frustración y culpa que afecta su bienestar emocional y su relación de pareja.

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Los anticonceptivos hormonales impactan en tu deseo sexual

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Escuchar al cuerpo y encontrar alternativas

Si notas cambios en tu deseo desde que usas anticonceptivos hormonales, lo primero que debes hacer es observar los patrones: cuándo comenzaron, cómo se sienten y si hay otros síntomas asociados, como sequedad vaginal o alteraciones del estado de ánimo. Llevar un registro puede ayudarte a identificar si el método actual está influyendo más de lo que imaginas.

Hablar con una profesional es clave. Existen opciones no hormonales (como el DIU de cobre, el diafragma o métodos de fertilidad natural) que pueden ser más compatibles con tu equilibrio hormonal y tu bienestar sexual. También hay anticonceptivos con dosis hormonales más bajas o diferentes combinaciones que podrían minimizar los efectos secundarios.

Reconciliarte con tu deseo

Recuperar el deseo no siempre implica dejar el anticonceptivo, sino reconectar con el cuerpo sin culpa ni miedo. El placer femenino no es un lujo, es un indicador de salud integral. La decisión de cuidar tu sexualidad —y entender cómo las hormonas influyen en ella— también forma parte de una revolución silenciosa, la de escuchar tu propio ritmo antes que cualquier prescripción estándar.

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