Ojos que no ven, ¡Facebook que te lo muestra!

Ojos que no ven

Te decimos cómo usar las redes sociales a tu favor, sin volverte loca en el intento

Estamos en la era de la hiperconectividad, explotando nuestras emociones a través de redes y aplicaciones, como si fueran el hilo conductor de conquista o mantenimiento de una relación. Ya son una extensión de nuestra personalidad.

Con quién salimos, dónde cenamos, cómo íbamos vestidas; lo tenemos que anunciar. Y no se diga respecto de lo que él hace, siente u opina de ti, en una especie de carrera aspiracional por ser vistas, como si fuéramos invisibles en cuerpo y sólo presentes en un comentario, un FAV o un retweet.

A finales de 2013, la revista CyberPsicology and Behaviour Journal publicó una investigación que reveló que más de 28 millones de parejas terminaron por conflictos de hiperconectividad.

Aplicaciones como Whatsapp y Faceboook y sus sistemas de confirmación de envío y llegada con aviso de recibido, detonaron un fenómeno que llamaron “Síndrome del Double Check": una sensación casi delirante inundada de ansiedad y desconfianza por malentendidos al no obtener una respuesta del ser amado acerca de una publicación o mensaje.

¿Te ha pasado?


¿Qué tantos conflictos tienes con tu hombre porque husmeaste sus fotos, te molestó que tiene a su ex en “su face”, le dio Like a la foto de su sexy compañera de trabajo, escribiste en tu muro que anoche pelearon y estabas triste...? ¿Le has hecho un drama porque viste claramente que a las 6:34 recibió tu mensaje y no lo contestó hasta pasadas las 8?

Sigue esta guía que te servirá para no salir enredada entre tanta red.

1. Distingue: La intimidad es el espacio intangible que sólo le pertenece a una pareja. ¿Hasta dónde quieres “abrir la puerta” a opiniones externas? Es muy fácil sentirse acompañada cuando has peleado porque “la miseria vende” y obtendrás muchas respuestas que alimenten tu ego. Y esa sensación de que la gente “te acompaña” puede hacerte adicta al conflicto. Pero estarás traicionando tu relación

2. De frente: Nadie dice que Whatsapp no haya facilitado millones de cosas, desde tomar acuerdos en grupo, mantener el contacto o incluso, tener ciertas sesiones de sexo virtual; pero pongan una regla: las discusiones, aclaraciones o asuntos importantes de la relación deben platicarse cara a cara. De no hacerlo, pueden generar malentendidos, ya que las cosas escritas son leídas de acuerdo al ánimo. Tengan paciencia platíquenlo y hasta que se vean.

3. No te expongas: Una cosa es que reveles lo mucho que lo amas o lo guapo que se ve en esa maravillosa camisa que le compraste (de oferta) y otra que le cuentes a tus amigos (y a uno que otro extraño que aceptaste), sus debilidades, problemas o situaciones. Esa información no es tuya. Respétalo.

4. No te subas al tren: Si por algo él ya comenzó a expresar enojo, quejas o pelea a través de la red, páralo en seco. No llegarán a nada. Pídele que espere hasta que puedan hablarlo. Aunque esté lejos y no lo veas por algunos días. Respira y no te dejes vencer por la ansiedad. No toques ese celular. Eso sí, aclara que no le contestarás, no porque desees ignorarlo o lastimarlo, sino por respeto a su relación

5. No busques lo que no quieres encontrar: La ociosidad es la madre de muchas catástrofes, y puede volverte una loca psicótica de sus carpetas, muro, fotos, Likes, etiquetas de otros, contactos y una enorme lista. No dudo de tu salud mental, es fácil caer en ello. Sobre todo cuando has encontrado algo que “te hizo ruido” y te veo perfectamente esperando que entre al baño sin su celular y espiando cuál es su clave de desbloqueo de pantalla. ¿Tienes dudas? Pregunta. Y no te montes el numerito de la investigadora privada. Si piensas que miente, ¿qué haces con él

6. Negocien: Ok, habrá limitaciones. Quizás no sea sano que aceptes en tus redes a ciertos ex novios o tipos que sabes que mueren por ti y que te encanta ver que babean y, de paso, ponen celoso a tu hombre. Asimismo, él también deberá administrar eso. Pero ¡ojo!, no con control; no por imponer su voluntad y limitar, sino por salud de la relación y las reacciones mutuas.

7. Sé objetiva: Ahora, esos fenómenos pueden ser sólo el canal para que saques esos demonios que no has arreglado contigo, con tus emociones. No es culpa de las redes, sino de cómo anda tu corazón. Si no puedes controlar esa necesidad de tener amigos (que ni conoces), seguidores y conflictos relacionados, pide ayuda.