Aduéñate de tu orgasmo

Aduéñate de tu orgasmo

Dile adiós a la frustración de quedarte a punto y no llegar, estos movimientos te lo garantizan

Aprende a amar tu cuerpo. Los expertos aseguran que una imagen positiva de ti misma está estrechamente relacionada con el placer que puedas sentir, ¡así que adórate!
El truco de poner una almohada bajo tu cadera cuando él está arriba es tan viejo como efectivo, ya que permite un roce constante con tu clítoris y aumenta las posibilidades.
Que el juego previo sea tu mejor amigo. Tómate tiempo para excitarte, que tu chico te bese y acaricie por varios minutos, mientras tu clítoris se va preparando para el clímax.
Pídele a tu galán que te vende los ojos o ponte tapones en los oídos. Está comprobado que, al suprimir uno de los sentidos en el sexo, el tacto adquiere mayor sensibilidad.
Cuando contienes el aliento también reduces las posibilidades de éxtasis. Lo mejor es respirar al ritmo del sexo e inhalar profundamente cuando sientas que estás cerca.
Haz tu tarea. Acaríciate cuando te despiertes o mientras te bañas, ten fantasías mientras subes por el elevador. Si trabajas tu mente, encenderás tu respuesta sexual.
La mayoría de las mujeres no alcanza el orgasmo por penetración, así que es necesario estimular el clítoris, ya sea con tus dedos, los de tu chico o con algún vibrador.
Los ejercicios de Kegel, que consisten en contraer y relajar los músculos vaginales por tiempos, pueden llevarte al cielo si los prácticas cuando estás a punto de llegar.
La sexóloga Jessica O´Reilly recomienda instalar una regadera con extensible y que tu chico te ayude jugando con temperaturas frías y calientes en tus pezones y clítoris.
¡Hazlo divertido! Irónicamente, si tienes sexo pensando en llegar como meta única y no sólo en el disfrute, la presión puede ocasionar justamente que no lo consigas.
Hazlo en solitario. La masturbación es un recurso continuamente subestimado, cuando puede ayudarte a descubrir sensaciones y caricias para compartir con tu novio.
Que tu chico explore todo tu cuerpo, antes o durante la acción. No todas las zonas erógenas están entre tus piernas, hay muchas en tus pechos, tu espalda, tu abdomen.
Sal de tu zona de confort. Es hora de probar con sex toys, juegos de roles, disfraces y nuevas posiciones. Incluso, si eres dominante, deja que tu chico tome el control.
Ponle pausa. Durante un encuentro largo y delicioso, paren y cambien de postura o acaríciense, eso te permitirá continuar con más posibilidades de llegar al clímax.
Prueba la posición de ´gato´. Comiencen con ´el misionero´ y que él se haga para adelante y tú eleva la cadera y abrázalo con tus piernas, de manera que roce tu clítoris.

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