Sigue cinco pasos para que él se concentre en ti, ¡es más fácil de lo que te imaginas!
Conoce sus temas: A él le importa el trabajo, el dinero y el futbol (hablan tres veces más de ese deporte que de mujeres). Le interesa poco: problemas familiares, las relaciones y hablar de otros hombres. ¿Quieres charlar sobre sus sentimientos? Sigue leyendo...
No es multitask: Hay que entender sus limitaciones: le cuesta más concentrarse, y a diferencia de ti, no puede hacer varias cosas a la vez. Así que no digas algo trascendental cuando esté viendo la TV, manejando o jugando Xbox. Ataca cuando nada lo distraiga.
Extra, extra: Alejado de distracciones, inicia la plática dándole los “titulares”, por ejemplo: “Amor, tengo un problema con mi jefe”, y continúa con frases cortas, directas y sencillas. No des vueltas, recuerda que no sabe qué es la concentración.
Él al rescate: Cuando hablen, dale un margen para que “resuelva el problema”. Está en su naturaleza cavernaria “arreglar cosas”, así que deslizar algunos “necesito tu opinión” o "¿tú qué aconsejas?”, despierta su curiosidad e incrementa su atención.
Dale una recompensa: ¿Lograste que por fin que te escuchara? ¡No olvides reconocerlo! Un simple “me dio gusto hablar contigo” o “gracias por escuchar”, le hace bien a su autoestima y mejor aún: hará que descubra que ser todo oídos le da puntos extras.