Descubre tus zonas clave para llegar a un clímax expansivo, ¡no te imaginas todo lo que te habías perdido!
1. Imagina que vas a enviar ondas de placer desde la parte superior de tu cuerpo, ya sea con caricias, besos o deslizamientos de lengua en tu cuello, orejas, pecho, torso, hacia tu pelvis. A la par, erotiza cada poro para advertirle al cerebro que vas rumbo a
un profundo éxtasis.
2. Si lo haces a solas, acaricia con un aceite de masaje tus brazos, boobs, abdomen. ¡Permítete sentir! No te creas inadecuada o loca por hacerlo
3. Para entonces, ya habrás hallado lugarcitos especiales. Insiste en ellos, con tiempo, disfrutando.
4. Al llegar al pelvis, pimpis y pubis, desliza tus manos rodeando tus genitales, apenas rozando.
5. Ahora tú o tu chico deben subir la energía de los pies a la cadera. Imagina que el viaje anterior de arriba hacia abajo ya fue creando el caminito de pólvora para la explosión.
6. Recorre tus piernas, en especial la entrepierna en la misma secuencia de caricias; explora en tus rodillas, detrás de ellas, tus espinillas, hasta los pies. Ahí quédate un instante, ya que recuerda que en las plantas hay conexión con cada órgano y suelen ser muy sensibles.
7. En tus pies se hayan porciones inimaginables para estimular, entre los dedos, el empeine o en los tobillos.
8. Ahora, vengan de regreso y de nuevo con caricias largas e ininterrumpidas hacia la entrepierna.
9. Entonces, tendrás megaerotizado el cuerpo y le vas a dar aún más. Mucho más.
10. Al llegar a tu vulva, la línea de hacia arriba, es decir, ya sea con la lengua o con los dedos bien lubricados (utiliza un lubricante que además sirva como aceite de masaje 2 en 1, como el Sico Play), estimula alrededor de tu orificio vaginal, sube por los labios menores y... ¡Alto! Regresa y busca más puntos en esa pequeña zona.
11. ¿ Ya viste que tienes zonas más sensibles y muy personales en los labios y vestíbulo vaginal? Mmmm, y aún hay más. Sube de nuevo y, ¡ahora sí! ¡Al encuentro con tu clítoris!, el que más sensibilidad posee de todo, todito tu cuerpo.
12. Rodéalo, busca, sigue buscando, ¿dónde sientes más? Quizás en cierto borde del mismo, en la punta, por encima del capuchón (esa telita que lo cubre y que puedes mover o levantar) o en su unión con tus labios mayores.
13. Sientes, ¿qué punto provoca una especie de electricidad que te invita a seguir estimulándolo? Sé suave y combina con ritmos y velocidades.
14. Sigue, sigue, sigue y?¡Recibe la mágica estampida! Cada paso fue sumando y el clímax se extiende hacia cada zona previamente erotizada.