Quiero ser poderosa: ¿Por qué queremos siempre más?

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A nuestra naturaleza le gusta sentir que somos reconocidas y admiradas. Algunas se esfuerzan por hacer los méritos necesarios para lograrlo y otras son solo pose. ¿Qué te hace tan diferente y por qué quieres ser poderosa?

“Tuve la suerte de trabajar con el mismo jefe durante varios años y todo era perfecto: llegábamos a acuerdos de forma muy rápida, si tenía algo que decirme lo hacía de frente, con respeto y prestando atención a mis puntos de vista, confiaba en su buen instinto de haberme contratado y sabía que cumpliría con sus expectativas, y si no, me indicaba con precisión cómo hacer las cosas. Ese cuento de hadas se terminó el día en que lo ascendieron y llegó una mujer en su lugar. Claro que el problema no era su género sino su comportamiento: llegó a descalificar el trabajo que habíamos hecho, diciendo que no era importante y que ella le daría un refresh al área, quería que a cada minuto le rindiéramos cuenta de lo que hacíamos y nunca estaba conforme con nada, siempre presumía de su “gran y variada” experiencia, y no es por nada, pero no tenía idea de lo que había que hacer... Mi equipo y yo terminábamos resolviendo todo y después ella se llevaba los créditos. Quizá sobra decir que terminé por renunciar”, nos comparte sinceramente Natalia. Esa imagen de alguien queriéndose apoderar de todo el territorio y demostrar que es el macho o la hembra alfa es muy familiar; todas nos hemos topado con un personaje de estas dimensiones en la escuela, en el trabajo e incluso en el grupo de amigas. Esto tiene una explicación y luego de entenderla es más sencillo responder cuando nos toca vivir la experiencia.

EL ORIGEN DEL DESEO

La representación del poder viene desde muchos ángulos: hay quien se empodera a partir de usar cierta ropa o productos de lujo y prestigio, otros mediante su estilo de vida, algunos más a través del puesto que ocupan en el organigrama laboral y, aunque parezca increíble, no falta quien, por ser la consentida de sus padres y hermanos en su casa, en el mundo todos tienen que rendirles la misma atención... ¡nada más alejado de la realidad! Ese deseo por sobresalir es natural, es casi un instinto de supervivencia, pero como explica Melinda Davis, autora del libro ¿Por qué deseamos lo que deseamos? (Ed. Urano Tendencias), hoy más que nunca ocurre porque estamos expuestas a miles de estímulos, incluido el entretenimiento. No negarás que después de que salió el filme The devil wears Prada, el mundo ganó millones de Miranda Priestly queriendo copiar el desafortunado estilo de cómo gestiona el poder tan singular y fuerte personaje. Solo imagina esta cifra: un estudio que realizó la Universidad de California demostró que el mundo ahora produce 2 exabytes de nueva información cada año. ¿A qué equivale esto?: a mil millones de gigabytes, un volumen tan enorme que requiere de un nuevo término, lo que te da una idea de todo lo que puede existir como objeto del deseo y que obvio, si logras aunque sea una mínima parte de ello, literal, te vuelve loca de poder. La competencia también es otro factor que despierta los demonios, dice la psicóloga Lilia Joya, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM): “Cada día nos enfrentamos a esa necesidad de crecer y lograr, se trata de ver quién es más importante, quién tiene más, quién es la más glamurosa y popular o la más querida, lo cual se convierte en una carrera interminable que incluso pone en riesgo la esencia de cada una, pero aun más porque este tipo de acciones terminan por afectar a terceros”. Huy, atención a estas palabras por toda la razón que encierran. Regresemos al testimonio de Natalia: tenía una sólida carrera en la compañía y había desarrollado habilidades de liderazgo, por eso su equipo de trabajo se unió a ella. La llegada de una nueva jefa tuvo un impacto muy negativo porque no solo se dejaron de alcanzar metas altas como ocurría antes, también se desintegró un grupo exitoso y, al final, la nueva inquilina de la oficina terminó trabajando con novatos de los que abusaba en cuanto a trato y horarios, y que solo permanecían lo necesario para descubrir que se habían metido en la boca del lobo. Hoy por hoy, dice Natalia, el área está a punto de ser absorbida por otra, lo que significa que el esfuerzo de muchos años se va a diluir.

¡QUE VIVA EL PODER!

Claro que se vale tener deseos de todo tipo, pero como explica Carlos Pérez, maestro de meditación, el deseo no debe ser el que te gobierne, porque entonces solo se convierte en un motivo de frustración y sufrimiento. “Cuando deseas algo debe tener un porqué, es decir, ¿qué te lleva a querer vestir bien?, ¿estar cómoda y sentirte a gusto contigo misma o hacer que los demás te envidien y así de- mostrar que vales más? Si tu respuesta es la primera opción, entonces el deseo es válido, pero si preferiste la segunda, prepárate para lo que te espera porque siempre habrá alguien que tenga más, que se vea mejor o que, en términos de dinero o poder, tenga un precio más alto en el mercado que el tuyo y de ahí en adelante será ancho y largo el camino al sufrimiento”. ¡No querrás eso! Hay muchas cosas que se pueden criticar de Kim Kardashian, pero recientemente, cuando anunció que asistía a la universidad para licenciarse como abogada, dijo que le interesaba tener los elementos para defender a los demás y que si eso lo conjugaba con la fortuna de ser reconocida en todo el mundo, era una gran oportunidad para hacer cosas positivas. Nunca tuvo tanta razón como ahora, pues el poder debe ser justo para eso: su finalidad es usarlo para alcanzar grandes metas en beneficio de todos. “Todo poder conlleva una responsabilidad”, es una frase típica del mundo Marvel, pero es cierta; si cada vez que buscas el poder en cualquiera de sus manifestaciones, tienes claridad en qué lo usarás, y si tus deseos tienen una justificada intención, sabrás qué hacer con lo que logres y ten por seguro que no se tratará de pasar por encima de alguien más. Es un hecho que mientras más expuesta estés a estímulos que te lleven a plantearte deseos, te volverás insaciable: querrás tener los maquillajes más actuales, las últimas prendas de moda, asistir a los lugares más cool, ser la más popular y escalar puestos en tu trabajo, y está bien, no renuncies a ellos, puedes llegar a alcanzar el poder, pero que nada te haga perder la cabeza y te aleje de la sensatez.

SÍ, LO ACEPTO... ¡ESA SOY YO!

Ya diste el primer paso que es reconocer, ahora sigue con tu camino a la adaptación: Ni la ropa ni el lujo harán todo por ti “De inicio la gente podrá sorprenderse con lo que proyectas, pero cuan- do te conozcan sabrán de qué estás hecha y piensa, ¿qué es lo que te gustaría que descubrieran de ti? Responderte eso es fundamental”, recomienda el especialista Carlos Pérez. Abre tu mente Recomienda Lilia Joya: “Es un hecho que, salvo contadas personas en el mundo, pueden presumir de lo que realmente es el poder, pero en tu escala no abuses, mejor trata de buscar aliados en lugar de enemigos y en la vida te irá mucho mejor. Eso te da oportunidad de crecer y ganarte el respeto de los demás”. Reconoce tus límites Nada te hace crecer más en la vida que saber identificar tus fortalezas y debilidades, eso sí te da poder por- que sabrás reconocer quién tiene el conocimiento y qué puedes aprender de él o en qué eres experta. El camino del aprendizaje nunca termina y es muy gratificante, siempre es mejor recorrerlo por el sendero seguro, así que mírate con honestidad.

¿Cómo sobrevivir a un dios terrenal?

No entres en discusión, di tu punto de vista pero no le sigas el juego, él o ella siempre tratarán de discutir con la idea de demostrar que nadie más, y nunca, tiene la razón. Claro que no se trata de desquiciarlos, pero algo que los vuelve locos es ver que tú no pierdes la calma, así que por mucho que te desespere, respira, dice la psicóloga Lilia Joya; podrás tener la cabeza fría para responder con inteligencia y asertividad. Si trabajas con un ser así siempre ve un paso adelante, no esperes a que te pida nada y, tal como si fueras un guardia real, adelántate a todos los panoramas que se puedan presentar y ten lista una respuesta... no tendrá más remedio que aceptar. ¿Le encanta alardear sus logros o sus nuevas adquisiciones y con eso quiere mostrar superioridad? Cambia de tema de inmediato. Ten por seguro que va a querer retomarlo y tu lucha será desviar el camino. Por: María del Carmen López

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