Todos hemos estado allí. Imagina la escena: es tu primer día en un nuevo trabajo y quieres impresionar al jefe, así que asientes con entusiasmo cuando comienzan a hablarte sobre protocolos y procedimientos… que en realidad tienen tanto sentido para ti como el Teorema de Pitágoras.
Según los expertos en carreras, esa es una de las cosas más simples que la mayoría de nosotros cometemos cuando somos novatos… sí, asentir demasiado y no hacer suficientes preguntas es un gran no-no.
Al hablar con Marie Claire, la Entrenadora de Liderazgo y Practicante de Neurociencia Dominique Stillman dijo que los participantes que están furiosamente de acuerdo cuando su empleador les está hablando, a pesar de no entender una palabra de lo que dicen, se están poniendo en una desventaja instantánea.
“Un error común es la falta de confianza para hacer preguntas, asentir o indicar comprensión cuando en realidad esta no está allí”, explicó.
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“Hacer preguntas durante las primeras semanas es algo que se espera y que genera confianza. En realidad, puede ser desconcertante si una nueva persona no tiene preguntas”. Entonces, básicamente, aprovecha esas primeras semanas en las que se espera que no sepas todo, antes de que sea demasiado tarde para preguntar, ¿qué significa eso? o ¿a dónde va ese papeleo? sin parecer un poco tonto o distraído.
El director de Smart Coaching & Training, Isla Baliszeweska, también está de acuerdo. “Hacer preguntas siempre es bueno, ya que muestra interés, un deseo de aprender y compromiso”, dijo antes de agregar: “Sin embargo, elige las preguntas correctas para hacer en el momento correcto a la persona adecuada por la razón correcta y no te excedas”.
Obviamente, las preguntas más importantes para comenzar es: ¿Tienen maquinista expendedora? ¿Está bien si me voy temprano el viernes?
Este artículo fue originalmente publicado en Cosmopolitan UK
