No existe un mejor lugar para encontrar las frutas y verduras más frescas que el tianguis de tu localidad.
1. Pesa tus opciones (literalmente).
Las frutas y verduras que son pesadas para su tamaño tienen mejor sabor. Cuando, por ejemplo, una cabeza de coliflor es muy ligera, es porque ha perdido casi toda su humedad.
2. Aventúrate en dosis pequeñas.
Compra vegetales que nunca hayas probado (¡incluso aquellos que no sepas cómo preparar!). Pero limítate a uno o dos nuevos productos para que tengas la oportunidad de probarlos.
3. Busca betabeles, rábanos y zanahorias con rabos.
Aunque suelen ser menospreciadas, estas hojas son deliciosas y sumamente nutritivas, pero se maduran a una velocidad diferente que los vegetales de raíces a los que están unidos. Se conservan hasta por una semana y puedes añadirlos a las ensaladas y sopas.
4. Si tiene piel, puedes almacenarlo.
Productos como las zanahorias, betabeles, papas y frutas cítricas se conservan cuando menos una semana.
5. Mantén las hierbas frescas por más tiempo.
Enjuágalas rápidamente con agua fría, escurre el líquido y envuelve las hierbas en una toalla de papel. Colócalas en una bolsa de plástico o contenedor y refrigera.
6. Congeladas.
Enjuaga las bayas y secalas ligeramente con una toalla, luego acomodalas en un plato extendido o charola para hornear. Metelas al congelador y luego trasladalas a una bolsa de plastico con cierre. Puedes tomar un puñito para anadirlo a un smoothie.
