Solemos exponer a a nuestro cabello, uñas, cara, etc a diferentes escenarios para mantenernos a la moda o como parte de nuestro ritual de belleza, pero sabes ¿qué tanto daño te puedes estar haciendo? te damos algunas soluciones:
Eres adicta a las uñas de gel…
Consecuencias: eso mismo que los manicures de gel ofrecen ¡dos semanas de color sólido!, se lo arrebatan a la salud de tus uñas… se pelan y se quiebran. La acetona, además del hecho de rasparlas para quitarte el esmalte que está supersellado, daña la matriz de las uñas, la cual tarda hasta seis meses en sanar, afirma la doctora en medicina Dana Stern, dermatóloga y especialista en uñas.
Solución: si se te pelaron de manera drástica, deja de usar cualquier tipo de esmalte durante al menos dos semanas. Para ayudar a unir las capas que conforman las uñas, aplica una base fortalecedora. No es necesario que elimines las uñas de gel de por vida, póntelas en ocasiones especiales.
Te pintas las raíces cada dos semanas. Las canas son como la mala hierba…
Consecuencias: los rayitos no tienen buena fama y se les considera el villano número uno en el mundo del color, pero el hecho de usar demasiado o utilizar mal los tintes que cubren todo el cabello igualmente te pueden causar un daño. Si pintas las puntas con demasiada frecuencia, lucirán secas y planas.
Solución: evita utilizar tinte permanente durante un mes para que tu cabello se recupere. Disfraza las canas con una solución más suave y semipermanente. Asimismo compra para la aplicación de color, esta te ayudará a controlar la cantidad de tinte.
Tu plancha de cabello es tu mejor amiga…
Consecuencias: tanto calor es un terrible enemigo. Pule el cabello en el momento, pero a largo plazo puede quitarle la humedad. Además tanto jaloneo lo hace quebradizo, la plancha es una de las herramientas que causa mayor daño al tener un contacto directo con el cabello.
Solución: despunta tu cabello y dale una mejor hidratación con productos hechos a base de aceite. Intenta limitar el uso de la plancha, o elige una que te permita ajustar la temperatura. Cuando se expone a una temperatura mayor a 150º C el cabello empieza a secarse y quebrarse.
