Sigue estos tips y mejora la calidad de tu sueño. ¡Te despertarás con más facilidad!
Apágale
Un cuarto que brille en la oscuridad (ya sea por las luces neón del restaurante de afuera o por la luna llena) es la segunda razón más común por la que la gente tiene problemas para dormir. (La ansiedad es la primera.) La luz apaga la producción de melatonina en tu cuerpo, la cual le dice que duerma; así que mantén tu cuarto lo más oscuro posible.
Si duermes boca arriba
Las almohadas muy gordas y altas parecieran ser las más cómodas, pero empujan tu cabeza hacia el frente o arriba y las muy bajas la hunden. Utiliza una almohada que amolde perfecto a los contornos del cuello.
Si tienes alergias
Las almohadas de plumas pueden provocar alergias y son terreno fácil para el crecimiento de ácaros de polvo. Si en las noches no logras dormir porque toses muy seguido o te viene una picazón incontrolable, cambia tu almohada por una hecha de material sintético.
Si duermes de lado
Las almohadas más gordas son las indicadas para esta posición, porque rellenan el espacio que queda entre tu cuello y hombro, logrando un lineamiento apropiado de cabeza, cuello y columna. Logra un descanso sin dolores ni encorvaduras.
Para una nerviosa nocturna.
Si eres de las que se lleva los pendientes del trabajo a la cama, utiliza una almohada que relaje los puntos de presión, que incluya bolsitas de aromaterapia, permitiéndote un descanso libre de estrés.
Si duermes boca abajo
Necesitas una almohada más delgada y plana. Si elevas tu cabeza demasiado, estarás durmiendo en pose de cobra.
No esponjes tu almohada
Mejor reemplaza o rellena tu almohada cada 12 o 18 meses ¿Por qué? el relleno se desmorona y los ácaros se reproducen como conejos.
No esponjes tu almohada, mejor reemplaza o rellena tu almohada cada 12 o 18 meses ¿Por qué? el relleno se desmorona y los ácaros se reproducen como conejos.
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