Cuando quieres perder peso, generalmente hay algunas formas en que puedes cambiar tu plan alimenticio: que sea bajo en carbohidratos como keto o baja en grasas como DASH. La gente tiende a escoger un lado y se apasiona realmente por su elección. Pero entérate: en realidad puede no importar cuál escojas. Esa es la principal conclusión de un nuevo estudio de la Universidad de Stanford publicado en JAMA. Para el estudio, los investigadores reclutaron a 609 hombres y mujeres entre las edades de 18 y 50. Cada participante fue puesto aleatoriamente en un grupo de dieta baja en carbohidratos o baja en grasas, y se le pidió seguir esa dieta durante un año. Antes de que comenzara realmente el estudio, los participantes realizaron varias pruebas, incluida la secuenciación genómica, que permiten a los investigadores observar patrones genéticos relacionados con proteínas que modifican el metabolismo de carbohidratos o grasas de una persona y una prueba de insulina inicial que mide el azúcar en la sangre de su cuerpo. Durante las primeras ocho semanas del estudio, se les pidió a las personas que limitaran su ingesta de carbohidratos o grasas (según la dieta que estuvieran haciendo) a 20 gramos por día. Eso es bastante bajo: veinte gramos equivale a una rebanada y media de pan integral(carbohidratos) o un puño de nueces (grasa). Después de esas ocho semanas, los participantes pudieron hacer pequeños cambios incrementales, como agregar de cinco a 15 gramos de grasa o carbohidratos. Se les pidió que trataran de encontrar un equilibrio que pensaran que podrían mantener por el resto de sus vidas. Después de un año, las personas con la dieta baja en grasas estaban comiendo 57 gramos de grasa en promedio, mientras que los que estaban en el grupo bajo en carbohidratos tenían aproximadamente 132 carbohidratos por día, y los investigadores se aseguraron de que comieran carbohidratos y grasas saludables. Durante el estudio, los científicos registraron a los participantes del estudio y rastrearon su peso, composición corporal, niveles iniciales de insulina y cuántos gramos de grasas o carbohidratos tenían cada día. Al final del estudio, cada persona en ambos grupos había perdido 5 kilos en promedio. (No está mal, ¿eh?) Pero... fue universal: algunas personas perdieron hasta 28 kilos, mientras que otras aumentaron hasta 9 kilos. Aún así, los investigadores no encontraron ningún vínculo entre el genotipo de una persona o los niveles iniciales de insulina y qué tan exitosos fueron con cualquiera de las dietas. Vale la pena señalar que el estudio alentó a ambos grupos a comer de forma saludable, no solo a reducir las grasas y los carbohidratos, o a comer chatarra el resto del tiempo. Este es solo un estudio, y es difícil sacar conclusiones sólidas basadas en los hallazgos, pero definitivamente son intrigantes. Si no puedes prescindir de tu aguacate diario, tal vez Keto sea adecuada para ti; Si estás satisfecha con una dieta baja en grasas, hay muchas opciones para elegir. Relacionado: “Todo sobre la dieta keto”
