Todas las ponemos, ¡ahora acaba con ellas! Aquí te dejamos soluciones rápidas para tres pretextos populares.
Me aburro muy rápido
Inyéctale creatividad a tu régimen de acondicionamiento. Durante un mes prueba tantos entrenamientos nuevos como puedas, por ejemplo, correr en la caminadora o hacer ejercicios militares en el parque, recomienda la doctora Michael R. Mantell, consultora de acondicionamiento para el Consejo Estadounidense del Ejercicio. Juega Kinect Sports, inscríbete a una clase de zumba o de entrenamiento TRX en el gimnasio. Es como tener citas, si te animas a probar cosas diferentes, es más probable que encuentres algo que te guste.
Estoy demasiado cansada
A menos que estés enferma, tienes suficiente energía para ejercitarte, solo necesitas convencerte de ello. Si esperas a sentir que tienes ganas de hacer algo que no quieres, lo más probable es que no lo hagas. En lugar de eso, comprométete a hacer cinco minutos de ejercicio
para quitarte la flojera. Lo más seguro es que te sientas energizada y lista para seguir. Si no, detente e inyéctale ganas al día siguiente.
No tengo tiempo
Borra la imagen de gimnasio y redefine el concepto de entrenamiento como una actividad o movimiento, observa Mantell. Ni siquiera tienes que hacerlo todo a la vez: prueba con minisesiones de 10 minutos a lo largo del día.