Los secretos de los psíquicos de las celebridades

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Los famosos invierten tiempo y dinero en faciales, jugos verdes , dietas... y en este grupo élite de psíquicos para navegar a través de sus carreras. Los contactamos para que nos revelen sus procesos. Cuando se supo que Tristan Thompson había engañado a Khloé Kardashian con la amiga de la familia, Jordyn Woods, solamente una persona vio venirlo: el famoso médium de Hollywood, Tyler Henry. Las Kardashian y su pequeña hermana Kylie Jenner aparecieron en su show en el 2017, y Henry se alteró y se sintió avergonzado cuando estaba intentando prepararlas para la situación que involucraba a un hombre que estaba con una de las hermanas, pero que le estaba siendo infiel (y nadie lo sabía). Woods no es un miembro oficial del clan Kardashian-Jenner, pero ha sido la mejor amiga de Kylie desde antes de entrar a la preparatoria, y los dos se consideran como familia. Así que con eso basta y sobra. Las Kardashian y las Jenner no son las únicas celebridades que han contactado a psíquicos. Además de las estrellas que han aparecido en el programa Hollywood Medium (Sofía Vergara, Rebel Wilson y Karamo Brown, por mencionar algunos), hay muchos rumores respecto a las celebridades que buscan psíquicos para obtener ayuda con el más allá y hasta para comunicarse con mascotas fallecidas. Lili Reinhart tuiteó reclamando un reembolso después de que un médium le dijo que mejoraría, pero solamente empeoró (aunque nunca especificó de qué hablaba).

¿Quiénes son estos psíquicos que están aconsejando a las celebridades?

Con solo 23 años, Henry es uno de los nombres más reconocidos en esta categoría de psíquicos. Comenzó estas lecturas en la preparatoria y se hizo un profesional al graduarse, a los 16 años. Consiguió a su primera clienta, la actriz de American Horror Story, Sarah Paulson, a los 17, y a partir de ahí la voz se corrió rápidamente. Logró su propio show después de sorprender a un productor escéptico con una lectura precisa. También entre los psíquicos famosos está Thomas John, con Jennifer López, Jenna Dewan y Sam Smith, protagonizando su propia serie en Lifetime llamada Seatbelt Psychic, donde conducía compartiendo viajes y dándole lecturas a pasajeros desconocidos. Otra es Jayne Wallace, quien tiene entre sus clientes a Kate Hudson, Leslie Mann y Kim Kardashian, y además tiene tres tiendas. Henry dice que se comunica con espíritus y entra a un “esta- do de soñar despierto” durante esas lecturas. “A veces percibo un olor”, dice. “O puede ser un sonido, una visión o una sensación física de cómo murió alguien”. No tienes que ser una celebridad para recibir estos exclusivos servicios, pero sí debes tener mucha paciencia y dinero. La lista de espera para una sesión telefónica de 800 dólares por una hora es de varios años. Si necesitas ayuda inmediata, hace sesiones de emergencia de 375 dólares por 15 minutos o 1,275 dólares por una hora. Henry sigue haciendo lecturas privadas con precios variados y tiene una sorprendente lista de espera de más de 175,000 nombres. En comparación, Wallace es muy accesible, su lista de espera va de un mes a cuatro, dependiendo de la ubicación, y cobra solo 250 dólares por una lectura de media hora en Los Ángeles. ¿Qué obtienes de una lectura con psíquicos de celebridades? ¿Los psíquicos famosos se dignan a hacer lecturas para personas que no son famosas como yo? Pues resulta que sí. En lo que concierne a la clarividencia, soy muy escéptica. Me han hecho lectura de manos, cartas tarot y mucho más. Me he recostado en una mesa cubierta de cristales mientras una mujer hacía cantos y me conectaba con mi planta espiritual. Un chamán me golpeó con ramos de hierbas y me dio un puño de semillas para pájaro y lentejuelas frente a una iglesia en México, y agitando tantas bolas mágicas 8 que pensé que se romperían. Pero cuando me pongo a hablar con John por teléfono, no puedo descifrar mucho de lo que está ocurriendo. “¿Tienes alguna conexión con Boston?”, me pregunta (fui una vez en un camión desde Nueva York, pero no lo llamaría una conexión). “No”, le respondo. “OK, qué raro, porque vi a Boston”, me dice y por un momento comienzo a cuestionarme si esto es una estafa. Después continúa. “Por cierto, tienen algo más preparado para ti”, afirma, haciendo referencia a los guías espíritus con quienes se está comunicando. “Tienes un libro que convertirán en película. ¿Estás intentando convertir un libro en película?”. Y sí, es cierto. “Esto me llega con una señal muy fuerte”, continúa John. “Y lo que siento es que esta película es más para niños y adolescentes. O sea, los adultos podrán verla con gusto, pero tiene una vibra para jóvenes de 18 años”. Había escrito una novela para jóvenes y comencé a trabajar con un productor para la cinta unas semanas antes. Estoy muy contenta y comienzo a llorar. John continúa compartiéndome los nombres de mi abuelo y mi mamá, y la primera inicial del nombre de mi hermana, y me da algunos datos y pensamientos aleatorios, que significan mucho para mí, acerca de una amiga cercana que hace poco falleció. Cualquiera puede autollamarse psíquico o médium y no hay pruebas o licencias necesarias para ejercerlo como profesión. Hay ciertas organizaciones no oficiales, como la Fundación Forever Family, que ofrece certificaciones, pero las credenciales son emitidas por ellos mismos. Busca en Google a Henry, John o Wallace y los resultados estarán polarizados: por cada persona que los adora, hay otra que los odia, pensando si realmente se necesitaron habilidades paranormales para adivinar que Thomson era un infiel. Pero a ninguno parece molestarle esto. A veces hasta lo ven como un reto. “Muchas de las personas que me contratan empiezan como escépticos o no creyentes”, cuenta Henry. “Y hay un punto en cada lectura en que ves cómo de pronto cambia su percepción del mundo”. “Creo que es algo bueno cuando alguien es escéptico”, dice Wallace, quien me hizo una lectura mientras le cortaban el pelo, “porque puedes descifrar ciertas cosas que ayudarán a ciertas personas a evitar malas situaciones. La manera en que el mundo funciona actualmente, le da a las personas el poder de decir, ‘OK, de ahora en adelante llevaré una mejor vida’”. Yo no tuve que pagar por mis lecturas, así que no podría afirmar que fue dinero bien gastado, pero creo que lo mismo aplica para cualquier compra en grande (diamantes, zapatos, bolsas): si tienes que elegir entre una lectura psíquica o pagar tu renta, paga tu maldita renta. Y tengo que admitir que algunas de las cosas que John y Wallace me dijeron pudieron haber sido encontradas en una búsqueda en Internet. No hubiera sido fácil, pero sí posible. Aunque mis lecturas se sintieron como un poco de magia, entonces ¿por qué no creer en ella si te ayuda a superar ciertas cosas? Tal vez trabajar con un psíquico, famoso o no, es uno de esos asuntos donde lo que importa es que sea significativo para ti. Me pregunto si las Kardashian-Jenner estarían de acuerdo... Por: Kate Williams

Este artículo fue originalmente publicado en nuestra edición:

https://www.instagram.com/p/Bxij0-WhbMi/

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