Antes de convertirse en la Duquesa de Cambridge, o incluso antes de que fuera la novia de un príncipe, Kate Middleton era una adolescente normal que trabajaba fuerte por un pésimo sueldo (igual que todas nosotras). De hecho, el verano antes de que Kate comenzara la universidad en St Andrew’s (donde conoció al príncipe William), Kate ahorró un poco de dinero extra trabajando como… MARINERA.
Como muchos trabajos hechos por gente joven, el salario era muy bajo y las horas eran largas. La guapa trabajaba desde las 7 de la mañana hasta las 6 de la tarde a cambio de una pésima paga. Y el trabajo manual era DURO.
En su libro Kate: The Future Queen, la experta real y biógrafa Katie Nicholl asegura que Kate pasó cuatro meses trabajando en Challengers en Ocean Village Marina en Southampton:
“Tomaba sus comidas en el barco y dormía en un cuarto pequeño en una litera que compartía con otra mujer. Los botes eran contratados por empresas ansiosas de tratar a sus clientes con un día lujoso en el mar. Además de lavar cubiertas, se esperaba que Kate ayudara a cargar las cajas de comida de 660 libras y lavara todo y luego lo guardara en su lugar”.
“Era un trabajo agotador”, dijo a Nicholl, Cal Tomlinson, uno de los jefes de Kate. “Ella se involucró y fue muy profesional. Se adaptó bien, aunque se destacó por ser muy bonita. Hablaba bien, era muy atractiva y tenía un aire especial. Era competente y segura, pero muy modesta, educada y respetuosa. Nunca llevaba maquillaje; era naturalmente hermosa”.
Este artículo fue originalmente publicado en Marie Claire US
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