No podemos ser más fan de sus historias de amor y todo lo que ellas conllevan, pero muy rara vez vemos muestras de cariño en público entre las parejas de ‘royals’. Por eso, no es de extrañar que cuando hay incluso un simple caminar durante unos segundos de la mano salten todas las alarmas. Así que, si se trata de un beso delante de flashes y todas las atentas miradas, no lo queremos ni imaginar. O sí.
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En este sentido, Meghan Markle y el príncipe Harry son los que más nos sorprenden habitualmente, pero aunque sí miradas y gestos, desde el día de su boda, no habíamos visto un beso entre ellos. Hemos tenido que esperar hasta la final del Torneo de polo de Setebale para que ocurriera la magia y nos quedásemos todos sin palabras, porque, francamente, no nos lo esperábamos.
Tras un intenso partido que tuvo un final de 5-4 en favor del equipo del príncipe Harry, el Sentebale St. Regis, fue Meghan la encargada de dar el trofeo al vencedor. Así, tras dar primero dos besos a Nacho Figueras, el capitán del equipo, no dudó en felicitar a su marido con un beso que, aunque rápido, de película que nos ha hecho pronunciar un “oooooooh...” infinito. Beso, por su parte, que, en contra de lo que pueda parecer, no rompe el protocolo real.
Pero mientras todavía nos deshacíamos, su salida del podio de campeones no hizo más que volvernos a enamorar, al ver cómo Meghan le frotaba la espalda y después caminaban juntos de la mano compartiendo miradas.
A pesar de que ha sido este beso el protagonista del torneo, sobra decir que el estilismo de Meghan tampoco ha pasado desapercibido. Una vez más, la duquesa de Sussex ha demostrado ser un icono de estilo en toda regla, eligiendo para la ocasión un vestido de estilo vintage, realizado en tela denim y adornado con cinturón, de Carolina Herrera. Lo llevaba con unos tacones de Aquazzura en ante y de color beige y un clutch de J. Crew, de bambú, marcando tendencia.
