Conoce tus zonas de placer para que puedas llegar al clímax fácilmente, ¡es más sencillo de lo que crees!
La razón simple por la que a muchas mujeres se les dificulta llegar al címax radica en que desconocen sus zonas de placer, es decir, porque no se autoerotizan con frecuencia (o nunca lo han hecho). Quizás has creído que un hombre, por el simple hecho de serlo, debe saber satisfacerte y tiene una especie de instructivo integrado a sus testículos. Completamente falso.
Tú debes explorar, descubrir y compartir con él. Tal vez han pasado por tu vida varios chicos y con todos te ha sucedido lo mismo, pocas veces has llegado al orgasmo o crees que pasó pero no estás segura. Y has pensado que así debe ser. La respuesta no está afuera. Puedes encontrarte con todo un experto en artes amatorias y aun así, le tomaría tiempo descubrir tu mapa porque somos únicas; no existen las zonas erógenas universales.
AMA A TU CLÍTORIS
Tu clítoris, y sólo el tuyo responde distinto que el de otras mujeres. Habrá zonas del mismo que te resulten más placenteras. Te recordamos que es el órgano que te lanza hacia el orgasmo, estadísticamente es poco probable que lo logres por simple penetración. Si no lo estimulan, antes, durante o hasta después del coito, pues no sucederá.
Lo mismo hablando de otras zonas de tus genitales. A muchas las dispara que acaricien oral o manualmente sus labios menores, entrada de la vagina o ano. Y en cuanto a posiciones sexuales, a cada una nos sorprende o nos ayuda a llegar cierto modo de acomodar nuestro cuerpo contra el de él. ¿Ves? Tienes que descubrirlo. Pero, relax, hoy te enseñamos cómo mapearte o hasta re-mapearte.
Do It Yourself!
BUSCA UNA OCASIÓN en que te sientas libre de presión, llamadas, interrupciones. Date tiempo.
COMIENZA ACARICIANDO distintas zonas de tu cuerpo: tus orejas, clavícula, pezones, rodillas, entrepierna. Y entonces dirígete a los genitales.
COLOCA en un par de yemas de tus dedos lubricante con base de agua y recorre toda tu vulva de abajo hacia arriba: comienza por el vestíbulo o entrada de tu vagina, por fuera y en círculos. Sube por lo labios hasta llegar a tu hermoso clítoris.
MASAJEA tu clítoris de distintas maneras. Explora su periferia, capuchón, glande (se descubre cuando levantas el capuchón), la punta. Y comienza muy lento como si apenas lo rozaras.
RECONOCE cuál es la zona más placentera e insiste variando los ritmos, figuras y velocidades.
COMBINA con algunos ejercicios de Kegel (contrae y relaja los músculos pélvicos, como si detuvieras la orina) y déjate llevar por las sensaciones. Llegaral orgasmo.
DE HABER LOGRADO AL MENOS UNO, respira y continúa. Introduce en tu vagina un par de falanges de tu dedo medio o índice bien cubiertos por lubricante. Explora la textura de tus paredes vaginales.
DIRIGE la yema de tu dedo hacia la pared frontal de tu vagina, detrás de tu hueso púbico (una cuarta debajo del ombligo) encontrarás una zona más rugosa; la famosa Zona G. Presiona en ligeros círculos. Notarás que aumenta ligeramente su tamaño, ya que se llena de sangre al igual que el clítoris se erecta.
AL HALLAR estímulos efectivos, sé incisiva. No es necesario que penetres muy profundo. Lo más sensible está a pocos centímetros de la entrada vaginal.
CON LA OTRA MANO o un juguete que vibre -ojo: lubrícalo también- acaricia tu clítoris suavemente, ya que estará muy sensible por el previo orgasmo. Date tiempo y explora si puedes llegar a más de un orgasmo o el modo en que has logrado que se intensifiquen. Crea variaciones y ejercita tu potencial de manera frecuente. Identifica el instante cuando estás cercana al orgasmo, es cuando más debes desconectar la mente. Muchas mujeres justo ahí frenan o piensan, porque la sensación les resulta “desconocida”. Deja que fluya.
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