La razón por la que te obsesionas y no puedes superar a tu ex

  • Twitter
  • Pinterest
  • Tumblr
  • Email

Sigues viendo su última conexión de WhatsApp y checas si ha subido alguna foto nueva a Facebook, pero ¿por qué si sabes que cortar fue lo correcto, sigues pensando en él?

Sí. Fue horrible. Lloraste, maldijiste, te desgarraste las vestiduras, pero era algo que tenías que hacer. Esa relación ya te hacía daño. Incluso sentiste un leve alivio.

Entonces ¿por qué no puedes olvidarlo? ¿Por qué te despiertas cada noche analizando si hiciste bien o mal? ¿Por qué te arrepientes y te entra el miedo y la culpa? ¿Por qué otras veces le deseas el mayor de los males y fantaseas con que le caiga un piano encima?

Y te das cuenta de que estás muy malita cuando te encuentras frente a sus redes sociales stalkeando a ver si ya tiene nueva galana o qué está haciendo con su vida.

Te sientes fatal, pero no puedes evitar la tentación. ¿Por qué te aferras y no puedes dejar ir? ¿Qué te pasa?

¡ES NORMAL!

No importa cómo haya sido el truene, si tú lo decidiste o él. Dejar ir cualquier cosa es difícil si creaste cierto apego. Peor aún en una relación; como cuando te peleas con una amiga o con tu hermana.

Es algo que te ronda en la cabeza en el proceso del duelo. Pero el problema con una relación de pareja es que, además, se crean vínculos biológicos difíciles de romper.

EL CAMBIO HORMONAL

¿Recuerdas tus primeras fases de enamoramiento? ¿Cuando veías todo bonito y el mundo parecía más brillante? Eso es debido a las hormonas que se producen.

Sí, el amor es como una droga. Al principio, y peor con los besos, se generan serotonina, endorfinas, oxitocina y dopamina, un coctelito casi alucinógeno que te hace sentir bastante feliz.

Pero ahora, de jalón, entras al otro lado del péndulo, en el que todo es tristeza, ansiedad… ¡Pobre de tu cuerpo! Dale chance.

LA ADICCIÓN

Supón que el amor es una droga. ¿Quién es tu dealer? Pues tu novio, ya que eres adicta a todas esas sensaciones emocionales; pero si se va, ¿quién te hará sentir tan bien como él?

Tu cuerpo y tu mente en este momento consideran que nadie, por eso vuelves a sentir un rush de energía cada vez que entras a sus redes sociales y ves una fotografía de él. O tienes esa enorme necesidad de mandarle un mensaje de texto, aunque sea para insultarlo, porque tienes la equivocada percepción de que el contacto con él te volverá a hacer sentir algo menos feo que lo que sientes sin su presencia. Después de todo, a eso estás acostumbrada. Para colmo, el sexo crea apegos mucho mayores.

Ver también: Los 7 ciber aliados que te ayudarán a olvidar a tu ex

DEJARLO IR

No hay una fórmula que aplique a todo al mundo respecto a cómo terminar el duelo, ni cuánto tiempo debe durar, ya que es un proceso que depende de muchas cosas, como el por qué del rompimiento, el tiempo y la calidad de la relación, y la historia individual de los involucrados.

Sin embargo, la psicóloga clínica Sira Sánchez nos da ciertas generalidades para entender qué pasa.

CASO REAL

«Lo que más extrañaba de Andrés era cómo me miraba», acepta Carolina. «A través de sus ojos encontraba la validación que buscaba, me encantaba que mi imagen en su espejo era la de una mujer hermosa y admirada. De pronto me dejó de observar así. No entendía por qué».

«Cuando terminamos me convencí de que podíamos seguir siendo amigos porque no habíamos tenido un pleito muy grande. Pero mi plan de ser su amiga tenía otras intenciones de las que no me daba cuenta.

Como pertenecíamos al mismo círculo, lo veía de vez en cuando, así que tenía que ir guapísima cada vez que me lo iba a encontrar. Era un desgaste para mí actuar cool y fingir que todo estaba bien. Me convencía de que éramos muy civilizados, pero lo único que hacíamos era darnos picones o coquetear de modo negativo».

«Un día se me fue el aire cuando conocí a la nueva niña con la que salía. Me cayó el veinte de que él ya había avanzado y yo seguía atorada. Fue cuando realmente pude llorar, desahogarme, aceptar lo que estaba pasando y soltar todo el dolor que venía cargando y negando».

«El último golpe para darme cuenta de qué mal estaba fue cuando vi a una amiga y su ex. Ella juraba ser supercool y creía estar actuando perfecto. Desde lejos se notaba que se moría por él y quería regresar, y que él solo estaba ahí para alimentar su ego. Me dolió horrible que pudiera verme así. Me di cuenta que por fingir que no sentía dolor hacía evidente mi necesidad de contacto y mi fantasía de arreglar las cosas. Fue ahí cuando decidí cortar de tajo todo trato. Lo borré de mis redes sociales y dejé de ir a los eventos en los que me lo podía encontrar. Al menos por un tiempo».

«Poco a poco me di cuenta de que no era el hombre adecuado para mí y que siempre lo supe. Sí, estaba apegada a su modo de mirarme, pero ¿acaso era el único que me iba a ver así? No. Mi misión era encontrar esa mirada (o una mejor), pero con características mucho más positivas en su carácter».

«Después me di cuenta que, de hecho, no necesitaba la mirada de nadie para ser validada. Esta viene de mi persona y no de los demás. Eso me ayudó a trabajar en mí misma, en mis inseguridades y a conocerme mejor para resolver el conflicto a fondo, que no era haber terminado una relación, sino mi poca autoestima».

«Meses después me buscó. Me sorprendí de que ya no estaba interesada en lo absoluto. Too late my friend! Ya me estaba divirtiendo demasiado como para volver al mismo drama».

¡Supéralo!

1. Lo primero es que conozcas las etapas por las que pasas cuando te obsesionas con un ex y lo veas como si se tratara de la recuperación de una adicción.

2. Sé compasiva contigo misma. Ten paciencia. Cada vez que te recrimines, te culpes, o incluso cuando quieras recontactarlo, llámale a una amiga que sea tu policía, así como hacen los adictos con un padrino. Habla con ella para que te recuerde quién eres. Tiene que ser alguien muy sincera que no tema hablarte con la verdad y confrontarte, porque si te va a dar el avión o a seguir la corriente, no sirve.

Otra manera es que cuando tengas estos pensamientos realices una actividad que te ocupe, como hacer 50 abdominales o correr en lugar de llamarlo. No únicamente generarás endorfinas gracias al ejercicio, sino además quedarás guapísima para tu nueva etapa.

3. Si caes, tampoco te recrimines, pero ten conciencia de que en realidad no fue buena idea y proponte firmemente no volverlo a hacer.

4. El mejor modo de entrar en la etapa de aceptación es darte cuenta de que no eres la única que ha pasado por esto, pero sobre todo, si te enteras de historias similares a la tuya (o te acuerdas de cómo criticaste a tus amigas por como se veían), será más fácil que no te guste ese espejo, no te quieras comportar así y te retires más rápido. Siempre habrá alguien más obsesionada que tú y verás que desde afuera no se ve nada padre.

5. Pregúntate cuál es el verdadero problema de fondo. Sí, es difícil dejar ir, es fuerte terminar una relación y es duro sentirse rechazada. Pero si lo ves a profundidad, ello te está hablando de problemas que, quizá, tengas que resolver de modo individual. ¡Es una gran oportunidad de crecimiento!

COSMO RECOMIENDA

6 sentimientos que todos los enamorados experimentan

Un experto revela qué significa seguir stalkeando a tu ex

  • Twitter
  • Pinterest
  • Tumblr
  • Email
También te puede gustar: