Lo que jamás debes cambiar por un hombre

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Parece una pregunta fácil. Lo cierto es que entre más lo piensas, más difícil es llegar a la respuesta…

Cuando se lo cuestione? a mis amigas, una gran variedad de respuestas surgieron: ?Nunca me operari?a ni me pintari?a el pelo?, deci?a una; ?no cambiari?a mi estilo de vestir?, comentaba otra. Otros temas comunes eran amigos, familia… carrera.

De pronto, las opciones tomaron un tono ma?s abstracto: ?mi esencia?, ?mis opiniones?, ?mis valores?, ?lo que soy?… Pero cuando les pedi?a que definieran todo eso, empezaban los problemas.

Habi?a una gran pausa y, despue?s de la aparente seguridad, surgi?a la duda y continuaban con un ?quiza? por eso sigo soltera…?.

Segui? en la bu?squeda y cuestione? a mis amigos hombres, y el resultado fue similar: ?el equipo de soccer?, ?las tardes de futbol con los cuates?, ?el pai?s en el que vivo? y pasaban a los conceptos generalizados que no sabi?an desenmaran?ar.

Por u?ltimo, formule? la misma inquietud a gente que teni?a pareja formal. Las respuestas eran mucho ma?s largas y complejas, casi con una leccio?n de por medio.

Y cuando regrese? con mis amigos solteros y les pregunte? que? era lo que ya habi?an cambiado por una relacio?n, las posibilidades fueron infinitas; lo que para unos fue fa?cil de cambiar, era para otros un dealbreaker.

Despue?s de discutir la situacio?n a fondo, entre solteros empedernidos y parejas formales, concluimos que, lo que nunca cambiari?as no es algo universal que aplica igual para todo el mundo y para todo momento, sino que depende de…

1. Tu estado emocional

Hay veces que, cuando te sientes fuerte, independiente, segura y libre, puedes decir que no modificari?as un sin fi?n de cosas por nada ni nadie. Pero luego, debido a circunstancias inco?modas, te puedes volver vulnerable.

O sea, en tu etapa de superheroi?na dijiste: ¡jama?s cambiare?, estoy feliz asi?! Y en tu etapa de Cenicienta, cuando solamente esperas un Hada Madrina (o un pri?ncipe que te rescate), te encuentras dispuesta a hacer tratos con brujas (porque el Hada no aparecio?) y firmas, como La Sirenita, un contrato para dar tu voz por un par de piernas.

Esto no es para que despue?s te juzgues, te arrepientas y maltrates por lo ?tonta que fuiste?. Se trata de que seas autocompasiva, entiendas el estado en el que te encontrabas y sepas que no lo pudiste hacer mejor en ese momento.

Velo como una leccio?n; tal vez tu intercambio no fue justo y diste de ma?s en te?rminos contables, pero a lo mejor aprendiste sobre lo que nunca volveri?as hacer, sobre lo que valio? o no la pena arriesgar, y seguro que te conociste muchi?simo en el camino.

2. Tu escala de valores

No todo el mundo da la misma importancia a lo que cambiari?a o no, y es va?lido que tengamos distintas opiniones. Existen chavas a las que no les importari?a operarse, otras que deci?an que jama?s. Hay quienes se encuentran dispuestas a dejar su religio?n o pai?s, otras no tanto.

Cada quien tenemos el derecho de saber que? es y que? no lo suficientemente valioso para nosotras y adjudicarle el peso que creamos sea el correspondiente segu?n nuestro punto de vista.

Habra? personas que estara?n de acuerdo contigo, habra? quien te juzgara? y te dira? que esta?s dando demasiado… Es algo subjetivo.

3. De tu pareja

Imagina que te encuentras con un chavo que no es tu ideal. Esta?s contenta, pero para nada te inspira a cambiar tu estilo de vida. De hecho, esperas que e?l se adapte a tus costumbres. Pones barreras y li?mites, te mantienes segura y le dices que asi? son las cosas y que si no le gusta, se puede ir.

Tiempo despue?s, se te aparece, digamos, la encarnacio?n de Chris Hemsworth, y esta?s sorprendida de que el ?Dios del Trueno? te ofrezca la luna y las estrellas, y sea tan roma?ntico y detallista.

Parece tu hombre perfecto asi? que, curiosamente, esta?s mucho ma?s dispuesta a cambiar lo que antes te habi?a pedido tu ex y no quisiste.

Ahora esta?s mucho ma?s enamorada y emocionada y, por lo tanto, eres mucho ma?s flexible y tolerante.

4. La negociacio?n

Las parejas que llevan an?os juntas y que ya habi?an trabajado algo de si? mismo por la relacio?n, explicaban que no se trataba de ?cambiar? como tal, sino de negociar y adaptarse a la vida de dos.

Cuando uno es el que esta? adapta?ndose constantemente y el otro no da nada, la relacio?n puede volverse enfermiza y codependiente. Para que ambos este?n bien, debe haber disponibilidad de ambas partes. Si no se escuchan las necesidades del otro, no hay futuro.

De entrada es difi?cil que empieces una relacio?n con alguien que piensa 100% diferente a ti, asi? que para tu ?cambio? de vida de soltera a pareja, debes considerar:

Tus li?mites.

Son personales y subjetivos, pero lo mejor es que los establezcas desde un principio para que despue?s no haya sorpresas. Si de verdad no esta?s dispuesta a cambiar eso, evi?tate la pe?rdida de tiempo y no empieces una relacio?n.

Lo negociable.

Aqui? entran tus hobbies, peli?culas, libros… cosas que no te definen y que a lo mejor cambiari?as de vez en cuando por satisfacer al otro, esperando que e?l haga lo mismo por ti.

Aunque en un principio no compartan esos gustos, es probable que por el hecho de querer aprender de e?l empieces a disfrutar un nuevo deporte que antes te daba flojera.

Tambie?n pueden entrar tus ha?bitos, que, quiza?, sera?n ma?s difi?ciles de moldear, pero que por el proceso de adaptacio?n aprendera?n juntos.

El intercambio.

No importa lo que intercambies con tal de que te encuentres tranquila, porque esta? valiendo la pena. No existe fo?rmula correcta, ma?s bien, la clave es que sigas tu intuicio?n, te sientas bien contigo misma y segura de lo que haces. Si hay la ma?s pequen?a reserva, mejor no lo hagas.

Lo ma?s importante, al final , no es lo que cambiaste o diste, sino la sensacio?n de que resulto? ser una ganancia compartida, que los dos avanzaron y crecieron juntos, y ambos se encuentran dispuestos a continuar trabajando por la relacio?n.

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